Qué es la faringitis: síntomas, causas y tratamiento

Esta enfermedad afecta a millones de personas en el mundo cada año

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Un hombre con tos nocturna
Un hombre con tos nocturna (AdobeStock)

La faringitis es una de las enfermedades más comunes durante el otoño y el invierno. Con la llegada del aire frío, las mucosas se resecan, y los cambios de temperatura bruscos al entrar en espacios cerrados con calefacción favorece que los virus ataquen nuestro aparato respiratorio superior. Entre ellos está el virus de la faringitis, una afección que se provoca con la irritación, inflamación o infección de la faringe, y muy particularmente de su tejido linfoide. Se calcula que, cada año, 1.800 personas en el mundo acuden a su médico por esta patología.

Esta enfermedad puede causarla tanto un virus como una bacteria, aunque los virus son los responsables del 80-90% de los casos que se detectan anualmente. Los virus más comunes son justo los que provocan el resfriado común y la gripe, como el adenovirus, el coronavirus o el rhinovirus. Entre las bacterias, la familia Streptococcus es la que más casos suele provocar. Las producidas por hongos son raras, pero pueden verse especialmente en pacientes con déficit inmunitario, como pueden ser los pacientes con cáncer.

Síntomas

Un médico explora a su
Un médico explora a su paciente. (Freepik)

La mayoría de los casos se concentran en niños menores de 5 años, pero puede afectar a mayores e incluso a lactantes (menores de 3 meses a un año). Los más pequeños pueden sufrir irritabilidad, trastornos del sueño y de la alimentación, con fiebre irregular, mucosidad nasal transparente o espesa, obstrucción nasal y ronquido y excoriaciones en las fosas nasales.

En los adultos, los síntomas son parecidos a los de los niños en edad escolar. Normalmente, las personas con faringitis padecen fiebre, malestar general, enrojecimiento de la faringe, placas de exudado blanquecino o grisáceo en las amígdalas o faringe, dolor de garganta, ganglios inflamados y dolorosos.

Cómo tratar la faringitis

La variedad de causas detrás de la faringitis hace especialmente relevante el proceso del diagnóstico. Dependiendo de si el origen es vírico o bacteriano, el paciente tendrá que recibir un tratamiento u otro. En caso de que sea vírico, bastará con un examen físico. El profesional sanitario debe observar la garganta directamente para confirmar el diagnóstico.

En caso de que se sospeche de que la causa es bacteriana, debe realizarse un test de antígenos rápido. Algunos signos que pueden indicar que la infección es bacteriana es la presencia de pus en las amígdalas, la ausencia de tos, la fiebre por encima de los 38ºC y la inflamación de los ganglios (adenopatía cervical anterior).

Si se trata de una infección vírica, el médico tendrá que recetar antiinflamatorios no esteroides, como el ibuprofeno. En los casos más severos, puede ser recomendable el uso de corticoides, especialmente para aliviar el dolor. Los enjuagues orales con antisépticos también pueden ayudar a disminuir los síntomas locales.

En caso de que se confirme que la causa es una bacteria, se recetarán antibióticos. Los más eficaces, según la Clínica Universidad de Navarra, son los de la familia de las penicilinas (penicilina G, penicilina benzatina, o amoxicilina). Estos nunca deben tomarse si no han sido indicados por un médico. Independientemente de la causa de la faringitis aguda, será necesario que el paciente tenga un adecuado soporte hídrico y alimentario