
Aunque no es contagiosa ni grave, muchas personas sienten vergüenza por tener caspa. Esta afección del cuero cabelludo es muy común y se caracteriza por la descamación de la piel en el cuero cabelludo, lo que provoca la aparición de escamas blancas o amarillentas que pueden ser visibles en el cabello o caer sobre los hombros.
Según la Clínica Mayo, existen múltiples causas detrás de esta afección, así como diversas estrategias efectivas para su tratamiento. La dermatitis seborreica es la causa más frecuente de caspa, que es una enfermedad cutánea crónica que provoca enrojecimiento, picazón y descamación en áreas con muchas glándulas sebáceas, como el cuero cabelludo, la cara y la parte superior del torso. En estos casos, la piel suele estar grasosa y cubierta de escamas blancas o amarillentas.
Por otra parte, el hongo Malassezia puede ser responsable de la caspa. Aunque vive de manera natural en el cuero cabelludo de la mayoría de las personas, en algunos casos puede multiplicarse excesivamente, irritando la piel y provocando una mayor producción de células cutáneas. Cuando estas células adicionales mueren, se convierten en escamas visibles.
Las personas con cuero cabelludo seco suelen experimentar una descamación fina y blanca, algo especialmente común en climas fríos y secos, cuando la piel tiende a perder humedad. A diferencia de la dermatitis seborreica, en estos casos la piel no se ve grasosa.
El uso de productos para el pelo que irritan el cuero cabelludo o dejan residuos puede provocar una reacción alérgica, lo que resulta en picazón y descamación. Asimismo, el lavado excesivo o insuficiente del cabello también puede agravar la situación.
Algunas enfermedades como la psoriasis y el eccema pueden provocar síntomas similares a la caspa. La psoriasis provoca la acumulación de células muertas en parches gruesos y escamosos, mientras que el eccema causa inflamación y descamación.
Tratamientos para eliminar la caspa
Eliminar la caspa no siempre es una tarea sencilla, ya que puede variar según la causa subyacente. Los champús medicados son la primera línea de tratamiento para la mayoría de los casos de caspa, pues sus ingredientes activos incluyen el piritionato de zinc, que ayuda a reducir el hongo que puede provocar la caspa; el sulfuro de selenio, que reduce la producción de aceite y el crecimiento de hongos en el cuero cabelludo; el ketoconazol, un un agente antifúngico potente que combate el hongo Malassezia; el ácido salicílico, que ayuda a eliminar las escamas al promover la exfoliación del cuero cabelludo; y el alquitrán de hulla, que disminuye la velocidad a la que las células del cuero cabelludo se desprenden y mueren.
Además del uso de champús medicados, la Clínica Mayo sugiere una rutina de cuidado que incluya lavar el cabello con regularidad, masajear el cuero cabelludo y enjuagar bien el pelo. Algunos ajustes en el estilo de vida pueden ayudar a controlar la caspa, como reducir el estrés o mejorar la dieta.
Algunas personas encuentran alivio con remedios caseros como el aceite de árbol de té, el vinagre de manzana o el aloe vera.
Si la caspa persiste a pesar de los tratamientos convencionales o si el cuero cabelludo está enrojecido e inflamado, es recomendable acudir a un dermatólogo. Algunas veces, la caspa puede ser un signo de una afección cutánea más compleja que requiere tratamiento especializado.