
José Carlos Montoya se ha convertido en uno de los nombres más sonados de la televisión en este 2025, y eso que el año prácticamente acaba de empezar. Su paso por La Isla de las Tentaciones le catapultó a la fama, pero fue su carisma y sentido del humor lo que traspasó fronteras y le aseguró un puesto en Supervivientes. Gracias a su creciente popularidad, muchos de sus seguidores han comenzado a interesarse por los detalles de su vida privada, especialmente sobre el hogar en el que reside en su ciudad natal, Utrera.
Montoya siempre ha mostrado un profundo apego por sus orígenes y su familia. Aunque debido a sus compromisos profesionales pasa largas temporadas en Madrid, su residencia principal sigue estando en Utrera, donde encuentra el equilibrio perfecto entre la fama y su vida personal. Este rincón en el famoso pueblo andaluz se ha convertido en su refugio, un lugar donde puede desconectar y disfrutar de sus pasiones, como la música y el deporte, tal y como se puede ver en sus redes sociales. Sus vecinos le conocen de toda la vida y su círculo cercano le ha brindado un apoyo incondicional, especialmente después del difícil episodio que vivió en La Isla de las Tentaciones tras la infidelidad de su ex, Anita Williams.

Aunque Montoya no ha realizado un recorrido completo por su casa en sus perfiles en internet, sus publicaciones en Instagram han permitido a sus seguidores descubrir algunos detalles de su hogar. Su estancia favorita parece ser el salón, un espacio que refleja su amor por su cultura. En la decoración destacan guitarras flamencas, banderillas taurinas, cuadros de artistas icónicos y el escudo del Real Betis Balompié, equipo del que es un ferviente hincha, y para el que llegó a protagonizar una campaña de marketing. En cuanto al mobiliario, el joven cuenta con tres sofás de color burdeos, acompañados de una biblioteca y una cómoda de madera que aportan calidez al ambiente. Un rincón en el que suele relajarse tocando la guitarra o grabando contenido para sus redes sociales.
El comedor también refleja su identidad sevillana. Una mesa cuadrada rodeada de sillas azul marino con cojines burdeos que recuerda a las clásicas del Real de la Feria de Abril, un detalle que deja clara su conexión con la tradición y su deseo de mantener su esencia intacta, a pesar de su creciente fama. Pero otro de sus espacios favoritos es el patio, una zona amplia con una decoración tradicional que le permite practicar deporte, tomar el sol o jugar al fútbol.

Un concurso marcado por el pasado
A pesar de la gran oportunidad que representa Supervivientes, la experiencia de Montoya en el reality ha estado llena de altibajos. Su intención era aprovechar la aventura para desafiarse a sí mismo y superar las heridas emocionales que dejó La Isla de las Tentaciones. Sin embargo, el destino le tenía preparada una sorpresa inesperada: la presencia de Anita y de Manuel, su ex y la persona con la que le fue infiel.
La convivencia con ambos ha sido un desafío emocional. Montoya ha reconocido en varias ocasiones que aún tiene sentimientos por Anita, aunque las discusiones y tensiones diarias han ido desgastando la relación. Para sorpresa de muchos, Anita ha logrado ganarse el cariño del público, lo que ha dificultado aún más el futuro del sevillano en el concurso.