
Se les define automáticamente como genios, pero tan solo son niños y jóvenes, defiende Kristian Mancinone. El italiano es padre de un niño de siete años con altas capacidades y organiza el primer congreso en Bolonia sobre la superdotación cognitiva. Según ha narrado al medio Corriere di Bologna, Mancinone se dio cuenta de que algo era diferente con su hijo porque “desde muy pequeño empezó a hacer preguntas inusuales”. El niño le preguntaba “sobre la vida, sobre la muerte, sobre el funcionamiento del sistema solar”.
Su curiosidad llevó a empezar a leer y a contar muy pronto, por lo que llegó a la escuela con un nivel alto y no tardó en aburrirse: mientras los maestros enseñaban los números, él pedía hacer divisiones. Para cuando comenzó la Educación Primaria, los problemas eran más que evidentes. “En septiembre de 2023, y después de un periodo inicial de entusiasmo, aparecieron los primeros signos de dificultad para ir a la escuela”, dice Mancinone. Según cuenta, su hijo tenía dolores de tripa y algunas preocupaciones cada mañana antes de ir a clase. “Todo empeoró después de las vacaciones de Navidad, cuando hubo un rechazo total. En enero no pudimos sacarlo de la cama”, confiesa.
Ante estos signos, los padres decidieron evaluar al niño para saber qué sucedía. Los resultados revelaron un coeficiente intelectual y un índice de capacidad general muy elevados, “una superdotación bastante evidente”. Con la ayuda de psicólogos escolares y de sus profesores, el hijo de Mancinone recuperó la calma y volvió a la escuela, pero las dificultades siguen presentes. Aunque le preparan fichas personalizadas e intentan adaptar la educación a su nivel, el trabajo depende de sus profesores.
Gifted Bologna: No les llaméis genios
Hace un par de años que Mancinone creó junto a otros padres el comité Gifted Bologna (Bolonia superdotada), con el objetivo de reunir y comparar sus experiencias y ayudarse mutuamente a enfrentar los retos que se encontrasen en la educación de sus hijos. Este año, de la mano del Ayuntamiento de Bolonia, han celebrado la conferencia “No les llaméis genios”, en la que han profundizado en la complejidad del diagnóstico y han defendido un sistema educativo centrado rigurosamente en el niño. Su presidenta, Chiara Galloni, ha pedido que la superdotación se reconozca como neurodivergencia.
“No se trata de una condición patológica o que haya que normalizar, sino de un mecanismo de funcionamiento diverso, que hay que comprender, respetar y valorar: las personas superdotadas, de hecho, no solo tienen necesidad de un apoyo a sus capacidades intelectuales, sino sobre todo de un reconocimiento, en función de un bienestar psicofísico más general de la persona y de la comunidad en la que está inserta”, expresan en la presentación del evento.
“Es fundamental involucrar a las instituciones, crear redes y valorar a todos, sin que nadie se sienta diferente, también porque, en algunos aspectos, implica cambiar por completo la forma de enseñar, y no es fácil”, expresó Mancinone a Corriere di Bologna. Por eso, están en contra de llamarlos genios. “Son niños como los demás, que deben ser felices en su crecimiento”, concluyó.