
El cáncer colorrectal es el tumor más frecuente diagnosticado en España en ambos sexos y el segundo más frecuente tanto en hombres como mujeres, conforme señala el Ministerio de Sanidad. No obstante, la mortalidad asociada a esta enfermedad se está reduciendo con una estimación de 37,9 a 30,4 casos por cada 100.000 personas al año, según los datos aportados por la Red Española de Registros de Cáncer (REDECAN) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), que ha publicado con motivo del Día Mundial contra el Cáncer de Colon, que se celebra este lunes, 31 de marzo.
Conforme recuerdan desde Sanidad, el cáncer colorrectal puede no causar molestias hasta que está bastante avanzado. Por ello, es importante detectarlo antes de que empiece a dar síntomas. Para conseguir ese diagnóstico temprano, en todas las comunidades autónomas hay desplegado un programa de cribado cuyo objetivo es disminuir la mortalidad y extirpar los pólipos precancerosos en el colon y recto para evitar su progresión hacia la formación de tumores malignos, o la detección de estos tumores en estadios precoces.
De este modo, no solo se consigue el diagnóstico del cáncer colorrectal de manera precoz y su tratamiento en las fases iniciales donde la supervivencia es mucho más elevada, sino que incluso se puede evitar la aparición de la enfermedad. Pero, ¿en qué consiste la prueba?
Así es el test de cáncer de colon
El programa de cribado se basa en una prueba que permite detectar la presencia de pequeñas cantidades de sangre en las heces no visible a simple vista a través del análisis de una muestra que toma la propia persona en su domicilio. Esta muestra posteriormente se entregará y será analizada. Este proceso se debe repetir cada 2 años a los hombres y mujeres de edades comprendidas entre los 50 y los 69 años.
En la mayoría de los casos el resultado de la prueba es negativo. Esto indica que no se ha detectado sangre y está dentro de la normalidad. En los casos en que el resultado de la prueba sea positivo indicará que se han detectado indicios de sangre en las heces, aunque esto no significa necesariamente que sea debida a un cáncer, hay otras causas como hemorroides o pólipos benignos que también pueden producirla. Por eso, se realiza una colonoscopia.
Esta segunda prueba consiste en la introducción de un tubo flexible a través del ano. La máquina lleva una cámara incorporada para poder visualizar el interior del recto y colon. Habitualmente se realiza bajo sedación para que la exploración sea lo más confortable posible. La realización de esta prueba requiere que el intestino esté limpio, que no haya heces, para permitir una buena visualización. Se le proporcionarán las instrucciones e información necesaria para conseguir una preparación adecuada.
El análisis de las muestras obtenidas en la colonoscopia (biopsia) o de la lesión extirpada será el que permita hacer el diagnóstico definitivo de cáncer colorrectal. Cuando se detecta un cáncer colorrectal los especialistas implicados indicarán los estudios necesarios que hay que realizar y propondrán el tratamiento más adecuado en cada caso, según detalla Sanidad.