
Con la llegada de la primavera, los floricultores entran en su temporada favorita, pues en los meses de marzo, abril, mayo y junio tiene lugar la estación con un mayor de floración en el hemisferio norte. Entre las más preciadas a nivel internacional en esta parte del año, se encuentran los tulipanes, unas plantas bulbosas pertenecientes a la familia de las liliáceas, que fueron ampliamente cultivadas y popularizadas en Europa, especialmente en los Países Bajos, donde adquirieron gran relevancia económica y cultural.
Sin embargo, y a pesar de lo que se crea en la actualidad, estas flores crecían previamente y de forma silvestre en las regiones montañosas de Kazajistán, Irán, Afganistán y Turquía. Y es que, el Imperio Otomano fue el encargado de introducir pequeñas muestras de esta flor en el siglo XVI, lo que hizo que en pocas décadas alcanzase una enorme popularidad por los hermosos colores de la especie.
Los tulipanes presentan una amplia variedad de tonalidades, formas y tamaños. Cada flor suele contar con seis pétalos simétricos y crece a partir de un bulbo que se planta en otoño, pues necesita pasar por un periodo de frío para desarrollarse correctamente. Aunque Países Bajos continúa siendo el principal productor mundial, tanto de bulbos como de flores cortadas, con exportaciones a decenas de países, su cultivo también es relevante en países como Turquía, Irán, Japón o Estados Unidos.
Los pasos para alargar la vida de los tulipanes

Los tulipanes son el foco de las miradas en toda sala o jardín donde se expone. Y es que, un ramo de tulipanes permite añadir un toque de color y frescura a cualquier espacio. No obstante, mantener su aspecto fresco y erguido puede suponer un reto. Aunque los tulipanes no pierden su valor decorativo al marchitarse, lo normativo es tratar de conservar su figura bien alzada el máximo tiempo posible.
Según las indicaciones de cuidados que ha dado un artículo de Express, se podrían llegar a mantener hasta 12 días desde su compra. De este modo, se recomienza disponer de un jarrón y llenarlo hasta la mitad del recipiente con agua limpia. Además, debe reemplazarse cada pocos días, para que la planta pueda extraer todos sus nutrientes de nuevo.
A diferencia de otras flores, los tulipanes continúan creciendo después de ser cortados, por lo que también se aconseja recortar los tallos con regularidad. Igualmente, al ser una planta fototrópica su postura tiende a torcerse al paso de la luz, Esto no implica que deban exponerse al sol, pero se sugiere posicionarlos en un lugar de la estancia donde pueda recibir la mayor cantidad de iluminación posible para evitar que se doblen.
En caso de que los tulipanes adquiridos se marchiten a pesar de ser cortados y echarles agua nueva en el recipiente, se puede considerar otro método que le puede devolver la firmeza de los primeros días. Aunque algunos señalan la estrategia de meter monedas en el jarrón, existe un sistema más accesible, pero que requiere de mayor precisión.
Este consiste en recortar los tallos como de costumbre y, a continuación, perforarlos justo por debajo de la flor con un objeto fino y afilado, como un imperdible o una aguja de coser. Al cabo de una o dos horas, las flores comienzan a erguirse nuevamente. Este gesto simple puede prolongar la vida decorativa del ramo y evitar su deshidratación prematura.