
La pasión por España lleva a muchas personas de otros países a cruzar sus fronteras y asentarse en una de las culturas más ricas del mundo; sin embargo, hay otros extranjeros que dejan atrás sus vidas por amor. Uno de ellos, es Josh Hutcherson. El de Kentucky, que saltó a la fama mundial por sus papeles en películas como Zathura, una aventura espacial y Un puente hacia Terabithia, reside desde hace más de diez años en Madrid.
A sus 32 años, el estadounidense admite que siguen parándolo por la calle bajo el nombre de Peeta Mellak, su papel en la exitosa saga Los juegos del hambre. Y es que la adaptación cinematográfica de los libros de género distópico más famosos de los últimos años marcaron a toda una generación que quedó enamorada de unos jóvenes Hutcherson y Jennifer Lawrence.
No obstante, su carrera pudo haber tomado otro rumbo, ya que en su momento estuvo a punto de interpretar a Spider-Man en la versión que finalmente protagonizó Andrew Garfield. “Al final simplemente contrataron a otra persona. Así que nunca supe por qué. También sé que, más o menos tres semanas después de mi audición, conseguí Los juegos del hambre, así que, de alguna manera, todo salió bien”, admitió a Inverse.

El éxito de la saga cambió por completo su vida, al punto de hacerle replantearse su participación en ella. En una conversación con Sensacine, confesó que la fama le resultó abrumadora en ciertos momentos. “Hay momentos en que hay gente afuera de tu casa esperando a que te vayas y te siguen a todas partes y luego te siguen de regreso a tu casa. No habría firmado si hubiera sabido que me iban a despojar de mis libertades como estadounidense”. Sin embargo, con el tiempo aprendió a valorar la oportunidad que tuvo y su interpretación sigue siendo una de las razones por las que la franquicia fue un fenómeno global.
Sin embargo, no todo en su vida gira en torno al cine. En los últimos años, su relación con la actriz madrileña Claudia Traisac ha influido profundamente en su vida personal. Se conocieron en 2013 durante el rodaje de Escobar: Paraíso Perdido y desde entonces mantienen una relación estable. Este vínculo lo llevó a establecerse en Madrid, donde ha vivido en los últimos años y ha aprendido español. En el programa de Kelly Ripa y Mark Consuelos, habló sobre su proceso de aprendizaje: “Soy casi completamente fluido... puedo entenderlo todo y básicamente comunicar lo que quiero, pero... mis conjugaciones son muy malas, porque la cosa es que nunca lo he estudiado”.

Aprender el idioma fue una necesidad para integrarse en la vida madrileña y en su relación. “Mi novia y yo llevamos mucho tiempo juntos y después de algunos años ella me dijo en plan, ‘mi amor, tienes que aprender, tenemos que poder... tienes que avanzar’, porque yo quería labrarme una vida propia en Madrid también. Así que empecé a centrarme y sumergirme allí y... ahora lo hablo”, comentó. Gracias a su esfuerzo, el de Kentucky es uno más del grupo de amigos de su novia y no dudó en hacer un cameo junto a ella en la serie de Los Javis, Paquita Salas.
Un empedernido fan del Leganés
Sin embargo, esta semana ambos han protagonizado un momento viral al visitar el Estadio Municipal de Butarque, el corazón del Club Deportivo Leganés. La intérprete de Cuéntame cómo pasó se crio en las calles de esta ciudad madrileña y su amor por el equipo ha sido otra de las pasiones que ha transmitido a Hutcherson.

El conjunto pepinero compartió en sus redes sociales el momento en el que actor acudió al lugar para conocer las instalaciones deportivas junto a Traisac y allí recibieron una camiseta del equipo de las manos de Diego García. “¿Vais a ir el sábado al partido?”, le preguntó el jugador blanquiazul. “Tengo muchas ganas”, respondió Hutcherson. Al ver el regalo que les habían preparado, no pudo evitar gritar: “¡Qué chulada!”. Y, aunque el equipo finalmente perdió ante el Real Madrid, prometieron entrar “en el Bernabéu con esto puesto... Madre mía”.