Maxie Allen y Rosalind Levine, padres de dos niñas, fueron arrestados luego de ser señalados por haber publicado contenido crítico en sus redes sociales en los que cuestionaban los procesos de selección de profesores en la escuela de primaria Cowley Hill, ubicada en Hertfordshire (norte de Londres).
El arresto tuvo lugar el 29 de enero de 2024, cuando un equipo formado por hasta seis policías llegó inesperadamente al hogar de la familia. “Vi a seis policías allí de pie. Había dos coches y una furgoneta” explicó Levine al medio británico The Times.
Algo que para los padres fue como un vuelco en el corazón. “Lo primero que pensé es que Sascha (hija de nueve años) estaba muerta. No se me ocurría ninguna otra razón por la que seis policías estarían en mi puerta”, confesó la madre.
Los oficiales detuvieron a la pareja frente a una de sus hijas, que lloraba desconsoladamente, y los llevaron a una comisaría, donde permanecieron bajo custodia policial durante once horas, ocho de ellas en el calabozo.
Arrestados por los mensajes de WhatsApp
El padre, Maxie Allen, quien trabaja como productor en Times Radio y su mujer, fueron acusados inicialmente de acoso, comunicaciones maliciosas y perturbaciones en la propiedad escolar, motivadas, en parte, por el constante envío de correos electrónicos y comentarios en un grupo privado de WhatsApp.
Sin embargo, tras cinco semanas de investigaciones, la policía local concluyó que “no había pruebas” suficientes como para seguir con las acusaciones. Por su parte, un portavoz de la policía indicó que los arrestos se produjeron únicamente “para investigar a fondo las denuncias”.
No obstante, Maxie Allen atribuye su detención para evitar su participación en debates escolares. “Creo que la escuela intentó utilizar a la policía para cerrar investigaciones legítimas”, declaró, calificando su arresto como “una extralimitación masiva” y comparando lo vivido como un episodio carente de lógica.
Los problemas surgieron originalmente en mayo del año pasado, cuando el directo de la escuela anunció su jubilación. Según la pareja, la falta de trasparencia en el proceso de reclutamiento de un nuevo directivo generó preocupación entre varios padres.
Así, las tensiones aumentaron cuando la presidenta de la junta escolar respondió a través de redes sociales que sus comentarios eran “difamatorios e incendiarios”. “La escuela tomará medidas contra cualquiera que cause falta de armonía”, advirtió la presidenta.
Como resultado, Allen y Lavine recibieron la orden de no ingresar en los terrenos escolares, lo que les impidió asistir a encuentros críticos relacionados con la escolarización de su hija Sascha, quien sufre de epilepsia y otras necesidades especiales. “Nunca usamos lenguaje abusivo ni amenazante, ni siquiera en privado, y siempre seguimos el debido proceso”, aseguraron.
Según Allen, fueron varios los intentos de “persuadir a la escuela para revocar la prohibición”, pero la institución optó por buscar la asesoría de la policía, considerando que el volumen de comunicaciones era “perturbador para el personal”. Un portavoz de la escuela indicó que “siempre estamos felices de que los padres expresen sus preocupaciones, pero les pedimos que lo hagan conforme al procedimiento de quejas publicado por la escuela”.
En un comunicado oficial, el Consejo del Condado de Hertfordshire defendió la selección del director interino como “justa, transparente y oportuna”, desestimando las críticas de la pareja.
