
Uno de los momentos más destacados e inolvidables de la preboda del rey Felipe VI y Letizia fue el enfrentamiento que vivieron los Saboya y los Aosta. Aunque han pasado más de dos décadas desde aquel día, lo cierto es que sus diferencias siguen estando más latentes que nunca. Dejando a un lado su disputa con la jefatura de la Casa Real italiana, la dinamitada relación entre el príncipe Aimon de Aosta y el príncipe Manuel Filiberto de Saboya vuelve a situarse en el centro de los focos tras conocerse que las joyas de la corona del país de la bota están siendo subastadas.
En una reciente entrevista para el medio Corriere della sera, el duque de Aosta ha hablado del conflicto con los descendientes de Umberto II y el Estado por las piezas históricas anteriormente mencionadas. “No tiene sentido, pertenecían a la Corona. La disposición XIII de la Constitución de la República Italiana es muy clara al respecto: todo fue confiscado. El mismo hecho de que Umberto II los dejara a disposición del Banco de Italia demuestra que no los considera propiedad privada”, aseguró en la conversación con el ya mencionado medio.
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Ante estas incendiarias declaraciones, Manuel Filiberto también ofreció su punto de vista al respecto. Para él, estas joyas no pertenecen a la Corona, sino que son joyas familiares adquiridas a título personal por miembros de la Casa de Saboya. Tanto es así que su abogado, Sergio Orlandi, aseguró que pueden probar con facturas y certificados de compra que lo que dice Manuel es verdad, según revela Vanitatis.

De hecho, en 2021, el actual jefe de la casa real europea interpuso medidas legales contra el gobierno italiano, el Banco de Roma y el Ministerio de Hacienda para tratar de recuperarlas. Sin embargo, la justicia aún no ha decidido cuál es el destino de estas joyas, tampoco si el embargo fue lícito. Pero, pese a ello, sus tías, las princesas María Gabriela, María Pía y María Beatriz de Saboya, desean recuperar el cofre que permanece oculto en las bóvedas del Banco de Italia desde 1946.
De acuerdo con la información de Vanitatis, este baúl guarda un total 6.732 brillantes y 2.000 perlas, divididos en 15 piezas, entre pendientes, diademas, collares y broches, y solo ha sido abierto una única vez. Fue en 1976 para hacer una tasación, llevada a cabo por la joyería Bvlgari, quien calculó su valor en 2.000 millones de liras, unos 18 millones de euros en la actualidad.
De su histórica tiara al ‘riviere’
Por el momento, una de las grandes incógnitas que quedan aún por resolver es cuál será el futuro de estas alhajas si regresar al seno de la Casa de Saboya. Al principio, el príncipe Manuel Filiberto expresó su deseo de que estas joyas fuesen expuestas en público, aunque la verdad es que, en las últimas décadas, han subastado algunas piezas.

En 2021, la princesa Maria Gabriela de Saboya vendió a un coleccionista asiático a través de la casa Sotheby’s una tiara que perteneció a la reina María Victoria, quien era esposa de Amadeo de Saboya. Una pieza que data del siglo XIX y está compuesta de once perlas barrocas naturales en forma de gota y diamantes circulares de talla única con motivos de volutas graduadas que, posiblemente, fue creada por Musy Padre e Figli, el joyero de la corte de Turín. El precio establecido fueron 1,34 millones de euros.
Pero, ya en 2007 había subastado 41 de sus joyas más preciadas para saltar una deuda con Hacienda. Algunas de las piezas subastadas fue la tiara de diamantes de la emperatriz Josefina, diseñada por Fabergé en 1890 y regalo del Zar Alejandro I tras su divorcio de Napoleón I, por 1,5 millones de euros. También vendió un conjunto de diamantes y turquesas de dos broches, pulsera y pendientes, regalo de sus abuelos, los reyes de Bélgica, que alcanzó un valor de 3,5 millones de euros.
En 2023, la princesa Maria Gabriela de Saboya volvió a subastar algunas joyas para conseguir dinero en efectivo. Así, vendió un lote conformado por un broche de diamantes, una pulsera y un anillo de 7,7 quilates de Cartier por 400.000 euros. También un ollar rivière de diamantes de Boucheron, adquirido por 68.000 euros, y varias medallas conmemorativas, como la encargada por la emperatriz Sissi para la boda de su hijo Rodolfo con Estefanía de Bélgica, vendida por 21.100 euros, o la realizada con motivo de la boda de sus padres, Umberto II y María José de Bélgica, por 37.000 euros. Pese a que son varias las alhajas que ya no forman parte de la colección, lo cierto es que el príncipe Manuel Filiberto, aún conserva joyas muy valiosas como el collar de oro de la Annunziata destinado al jefe de la Casa Real o la diadema de Marina Doria.