Todos los perros, independientemente de su raza, tienen que salir a pasear; pero no solo para que hagan sus necesidades, sino también para mantener un correcto bienestar físico y mental. Este ejercicio les permite fortalecer los músculos y las articulaciones, así como explorar el mundo exterior, permitiéndole descubrir nuevos estímulos visuales, olfativos y auditivos que combaten el estrés y el aburrimiento de tu mascota.
Lo que puede ser un momento de conexión entre el dueño y el perro también podría tornarse en una situación de ansiedad para el animal si hay constantes tirones de correa, distracciones o algún conflicto con otros perros. Esto puede desencadenar problemas de comportamiento o inseguridad en las interacciones con el resto de mascotas y personas. Por ello, conviene conocer los trucos de los expertos para que los paseos sean totalmente beneficiosos para su bienestar.
Cómo mejorar los paseos con nuestra mascota
La tienda de animales y expertos en mascotas Kiwoko ha elaborado una serie de recomendaciones para que salir a pasear con tu perro sea una experiencia enriquecedora para ambos: puede permitir mejorar la comunicación y la conexión, a la vez que el animal juega, explora y se mantiene activo, todas ellas cuestiones necesarias para su bienestar.
En primer lugar, es importante conocer la frecuencia y la duración idónea de estos paseos: no todos los perros tienen las mismas necesidades, pues algunas razas son especialmente activas mientras que para otras no es imprescindible quemar tanta energía. Lo preferible es que se establezca una rutina de paseos diarios con horarios fijos, lo que permitirá al animal controlar sus necesidades fisiológicas, así como salir en tres ocasiones: por la mañana, la tarde y la noche. Además, la edad, la raza y el nivel de energía determinar la duración requerida de los paseos:
- Un perro pequeño o senior: de 20 a 30 minutos por paseo.
- Un perro mediano, grande o con energía moderada: de 30 a 45 minutos por paseo.
- Un perro muy activo o de trabajo: más de 1 hora de actividad al día y paseos de 40 minutos.
También es muy importante preparar todo antes de salir de casa para que el recorrido sea seguro y cómodo: el arnés para perros debe estar bien ajustado y la correa deberá tener la longitud adecuada para que el animal pueda tener cierta libertad sin que perdamos el control. No podemos olvidarnos de las bolsas para recoger las necesidades ni los snacks para premiar el buen comportamiento de nuestra mascota.
Los paseos se convierten en un momento ideal para fortalecer la obediencia del animal. Son muchos los perros que antes de salir de casa, cuando observan que su dueño se acerca con la correa, entran en un estado de mucha excitación, saltando y ladrando. Aunque esto indica que está muy contento de salir a pasear, conviene tranquilizarlo para que el recorrido sea más tranquilo desde el principio: es recomendable colocarle la correa y abrir la puerta solo cuando esté sereno.
Ya en la calle, también es frecuente que tiren de la correa, intentando ir más deprisa o guiar el camino. Para evitar que esto ocurra y que el perro camine a tu lado, debemos pararnos cada vez que ocurre y esperar a que regrese con nosotros. Repitiendo este ejercicio aprenderá la manera en la que se debe realizar correctamente el paseo y te prestará más atención. Si permitimos que nuestra mascota tome el control, a largo plazo puede generarse un problema de obediencia y liderazgo. El paseo también es el momento ideal para fortalecer la comunicación entre ambos y reforzar la obediencia, practicando órdenes básicas como sentarse, pararse o regresar a nuestro lado.
Una forma de aprovechar también los paseos al máximo es alternar con momentos de exploración, dejando que el perro olfatee y descubra el entorno, y de juego, llevando juguetes o permitiendo que interactúe con otros perros. Sin embargo, con esto último hay que tener cuidado: no se debe forzar el contacto porque hay perros que no son tan sociables, al igual que tampoco es beneficioso evitarlo completamente porque pueden generarse reacciones agresivas o de ansiedad en el futuro. Esa alternación con la explotación también pasa por variar las rutas. Si siempre realizamos el mismo recorrido, nuestra mascota puede aburrirse porque ya conoce cada giro y dirección.
Por último, conviene tener siempre presente que los paseos son un momento ideal para fortalecer el vínculo con nuestra mascota, por lo que es importante dedicarle atención. Debemos evitar, por ejemplo, distraernos con el teléfono móvil. Este tiempo debe invertirse en disfrutar de la compañía de nuestra mascota.
