
Encuentran a un hombre de 70 años muerto y devorado en varias partes del cuerpo por su perro en el distrito de Arganzuela, Madrid. Los agentes de la Policía Nacional acudieron al lugar ante la alerta de los vecinos, que desde hacía tiempo no lo veían salir de casa. La víctima, Antonio Corrales, había fallecido dos semanas atrás y su cadáver fue encontrado tumbado en el interior de la vivienda.
Además del cuerpo, la Policía halló a la mascota del septuagenario, un pastor alemán llamado Rocky. Este le hacía compañía a Antonio, que no contaba con pareja y vivía solo en la calle Divino Vallés. Ante cualquier sospecha, la autopsia ha revelado que la muerte fue natural y que el cadáver no se descompuso gracias al frío. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención fue que el perro había comido carne del cuerpo de su dueño mientras este yacía muerto durante las semanas que estuvieron solos en casa.
Una sospecha de los vecinos
La voz de alarma la dieron los vecinos del cuarto piso el pasado martes cuando llamaron al 112, sospechando que pasaba algo grave. Al lugar acudieron agentes de la policía local y nacional, así como los bomberos. Todos ellos lograron acceder al interior de la casa por una ventana, tras derribar una verja. La víctima vivía varias plantas más abajo y no se había dejado ver desde hacía semanas.
Resultaba extraño, ya que era normal que saliese a la calle a pasear a Rocky para que hiciera sus necesidades. Lo único que apreciaban era cómo el perro deambulaba por el patio de la vivienda para beber agua de los distintos recipientes que se habían llenado con las fuertes lluvias de este mes de marzo. Sin embargo, al can ya no le quedaba comida en el interior del hogar y tuvo que alimentarse de su dueño, devorándole, entre otras cosas, la cara.

Otro destino para Rocky sin su dueño
El hombre de 70 años era bastante popular en el barrio, ya que se había dedicado a ser repartidor de juguetes y, desde que se jubiló, acudía asiduamente a los bares del barrio. El Mundo ha señalado que solía tomarse un Larios casi todas las noches. Este vivía sin nadie. No tenía hijos y la relación con sus dos hermanos no era muy cercana, ya que este heredó la casa tras la muerte de su padre y se quedó a vivir, mientras que sus familiares querían venderla, según ha adelantado el medio español.
Con el fallecimiento del dueño de Rocky, este ha sido enviado a una perrera municipal, ya que ahora se encontraba solo y sin nadie que le cuidara. La Vanguardia ha resaltado declaraciones de los vecinos donde manifestaban que Antonio “siempre recogía cualquier desperdicio del perro”. Ambos estaban muy unidos y se hacían compañía mutuamente. La mascota, pese a estar 15 días sin salir del hogar, se encontraba en buen estado de salud, por lo que se decidió darle una posible segunda oportunidad con otro dueño que le cuidara tanto como la víctima fallecida.