
En los últimos años, el precio de los automóviles ha experimentado un aumento significativo, con modelos icónicos como el Volkswagen Golf casi duplicando su coste inicial. La escalada de precios tomó su punto álgido tras el estallido de la pandemia, cuando también se disparó el precio de los vehículos de ocasión. Un estudio realizado por el portal especializado Sumauto, basado en datos de la Agencia Tributaria y el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestra que el precio medio de un vehículo nuevo en 2024 alcanzó los 26.021 euros, lo que representa un aumento de 7.081 euros en comparación con 2019.
Por ejemplo, en 2019, un BMW serie uno, el modelo básico sin extras, tenía un precio de mercado de 28.800 euros. En 2025, el mismo modelo con la tecnología mejorada en esos cinco años cuesta 40.800 euros, lo que se traduce en 12.000 euros más. Lo mismo ocurre con otro modelo emblemático, el Toyota Corolla, que en 2019 costaba 24.850 por los 31.800 euros que vale actualmente. La cosa no cambia si nos fijamos en los modelos low cost: en 2019 un Dacia Sandero costaba 7.300 euros, mientras que en 2025 cuesta más del doble, más de 15.700 euros. En la misma línea, un Fiat Panda ha pasado de 10.000 a 15.000 euros.
Diez años endeudado para acabar vendiéndolo en siete
El mecánico de Talleres Ebenezer, conocido en las redes como @talleresbezener, reflexiona en un vídeo sobre la subida de precios en la industria automotriz. Critica que las personas estén obligadas a cambiar de coche a costa de endeudarse durante diez años, cuando en ese mismo periodo lo más seguro es que “se te averiará y se te estropeara, porque cada vez duran menos, y lo venderás a los siete”.
“Yo puedo entender que hay que mejorar, que hay que cambiar los medios anticontaminación [...] pero no veo que las cosas vayan acorde a lo que estamos avanzando”, afirma el mecánico, que compara el mismo asunto con la escalada de precios en la vivienda. “Estamos llegando a un punto de vida que ni podemos vivir en la miseria ni podemos vivir endeudado hasta los 80 años. ¿Hacia qué objetivo estamos yendo?”, sentencia.
La crisis de microchip y el futuro de la industria europea
Uno de los principales factores que explican esta escalada de precios es la crisis global de microchips. La pandemia de COVID-19, que comenzó en 2020, provocó interrupciones significativas en la producción de semiconductores, esenciales para la fabricación de automóviles modernos, concretamente los sistemas electrónicos de estos. Durante el período de 2020 a 2023, la producción de estos componentes se detuvo o ralentizó considerablemente, lo que generó un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Y es que a pesar de la reducción en la oferta, la demanda de automóviles no disminuyó, lo que resultó en un aumento de los precios finales para los consumidores. La excesiva dependencia de las importaciones provenientes de plantas de producción en el extranjero sigue siendo un desafío para la industria automotriz europea, especialmente en contextos de crisis internacional.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen lanzó un plan para salvar el automóvil europeo y planteó, entre otras cosas, flexibilizar el calendario de las normativas medioambientales y el respaldo a la producción de baterías en suelo europeo.