
Jana, Konrad, Laurence y Martinho. Han sido cuatro las borrascas que han cubierto España de lluvia como si de Londres se tratase. El paso del temporal ha sido de un gran beneficio para los embalses nacionales, que han alcanzado el 71,2% de su capacidad total. Los últimos datos del Ministerio de Transición Ecológica reflejan un total de 39.895 hectómetros cúbicos de agua embalsada en el país, que podrían significar el fin de la sequía prolongada que atraviesa desde 2022.
Sin embargo, con tres semanas de precipitaciones no será suficiente para revertir los efectos de un cambio climático que se intensifica cada año. De acuerdo con datos de la Organización Meteorológica Mundial, el 2024 fue el año más cálido jamás registrado a nivel global, con una temperatura media de la superficie 1,55 grados Celsius (2,79 grados Fahrenheit) por encima de los niveles preindustriales. En España, la temperatura media alcanzó los 15 grados Celsius (59 grados Fahrenheit), situándose solo por detrás de los años 2022 y 2023 en términos de calor extremo.
Según explicó Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, a Infobae España, es necesario que España adopte medidas para adaptarse a un clima cada vez más extremo y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Pada Del Campo, el país debe prepararse para enfrentar un futuro con menos disponibilidad de agua y temperaturas más altas, lo que requerirá cambios significativos en la gestión de los recursos naturales y en las políticas medioambientales.
¿Qué pasa con la energía solar?

Las jornadas constantes de lluvia han tenido también un impacto en la producción de energía, especialmente la solar, que ha sufrido una notable disminución en el mes de marzo. Mientras se llenan los embalses, la producción de energía solar ha bajado al 11% estas últimas semanas, frente al 13,9% registrado en marzo de 2024 y el 12,8% de 2023. De hecho, es la primera vez en tres años que el país ve bajar su producción de energía solar.
Sin embargo, otras fuentes de energía se han visto beneficiadas: el pasado 21 de marzo, la energía eólica representó el 37% de la producción energética en España, superando ampliamente a la solar, según datos de la Red Eléctrica Española. Asimismo, con los embalses liberando agua, la energía hidroeléctrica ha vivido un impulso, alcanzando un 17,5% de la producción total de energía. Aunque este porcentaje es inferior al 21,5% registrado en el mismo periodo del año pasado, sigue siendo una contribución significativa en el contexto actual.
El temporal de marzo ha dado un golpe al sector de la solar, pero el panorama puede abrir la puerta a innovaciones. Desde 2024, el CSIC trabaja en un proyecto de desarrollo de energía solar cuántica, una tecnología que busca superar las limitaciones de la energía solar convencional mediante la aplicación de principios de la física cuántica, abriendo nuevas posibilidades para la sostenibilidad energética. Este método optimizaría la producción de electricidad a partir de la manipulación de partículas a nivel cuántico, lo que permite no solo un mejor rendimiento, sino la introducción de características innovadoras al sector, como la capacidad de autorregulación térmica.