
Las abundantes lluvias que han dejado las borrascas este mes de marzo han llenado los embalses de buena parte del país, aliviando así la sequía prolongada. La reserva hídrica supera el 71% de su capacidad total, con una subida de más de 5 puntos respecto a la semana pasada, cuando se encontraban al 65%, por lo que actualmente almacenan casi 40.000 hectómetros cúbicos de agua. Estas precipitaciones también han ayudado a la recuperación y estabilización ambiental de las marismas del Parque Nacional de Doñana, aunque para recargar el acuífero se necesita una mayor cantidad de agua y más tiempo.
En realidad, no solo son las lluvias de las últimas semanas las que han permitido aliviar la crítica situación de sequía en este paraje ubicado en la provincia de Huelva, sino las que han caído desde el 1 de septiembre, cuando dio comienzo el otoño meteorológico. Todas esas precipitaciones están cambiando la situación tanto dentro del espacio natural de Doñana como en la comarca, explica en entrevista con Infobae España el investigador y profesor del CSIC Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana.
“Las lluvias están permitiendo que se recupere la vegetación, que empiece a haber pasto y pare la mortalidad del arbolado. Además, la marisma está llena de agua y eso es una grandísima noticia, lo cual también demuestra que están funcionando las infraestructuras que se construyeron con motivo del Proyecto Doñana 2005 para su mejora", aclara el biólogo y profesor, que confía en que esta primavera en Doñana será mejor para la reproducción de las aves.
Revilla destaca que gracias a las intensas lluvias también se han inundado las lagunas cercanas al sistema dunar de Doñana, después de que cerraran el verano en una situación crítica, lo que favorece el regreso de la comunidad de anfibios. Sin embargo, advierte, la recarga del acuífero, que se divide en 16 sectores y tenía la mayoría de sus zonas en una situación de alarma por la sequía, “es lenta y probablemente lleve varios años”. “El acuífero tiene una dinámica diferente, un funcionamiento más lento, y va a llevar más tiempo que pueda recuperarse, aunque sin duda las últimas lluvias son una buena noticia”.

No se trata además únicamente de que haya precipitaciones, añade, sino de “ajustar la demanda de agua a la disponibilidad de los años medios, no solamente de los años buenos” donde hay más lluvias, y eso es parte del trabajo “a medio plazo que están realizando el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Junta de Andalucía”. Revilla recuerda que la agricultura también necesita que el acuífero de Doñana se encuentre en buen estado “para que pueda ser sostenible tanto a nivel ambiental como económico”.
El tercer mes de marzo más lluvioso desde 1961
Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), este mes de marzo ha sido el tercero más lluvioso desde al menos 1961, al haberse acumulado entre el día 1 y el 24 un total de 148 litros por metro cuadrado en el conjunto del país, unas 3,5 veces más de agua que el valor normal de ese período. Sin embargo, “el hecho de que haya lluvias abundantes un año, no significa que no vaya a haber sequías en un futuro”, teniendo además en cuenta que en la Península ibérica y norte de África hay una tendencia a que disminuyan, señala Revilla. Por eso destaca la importancia de que España se adapte al cambio climático.

Reserva hídrica en el conjunto del país
Las extraordinarias lluvias de marzo, consecuencia de encadenar cuatro borrascas en 12 días, han hecho que el país en su conjunto supere la media de los 10 últimos años del 60% de agua embalsada, de acuerdo a los datos de Aemet, si bien aún hay grandes diferencias dependiendo de cada cuenca.
Así, la reserva hídrica del Cantábrico Oriental se encuentra al 83,6%, la del Cantábrico Occidental al 72,7%, la del Miño-Sil al 75,3% y la de Galicia Costa ha subido hasta el 77,5%, mientras que las cuencas internas del País Vasco están al 95,2% de su capacidad. Los embalses de la cuenca del Duero han aumentado hasta el 79,9%, los del Tajo alcanzan el 81,8% y los del Guadiana el 65,3%.
Asimismo, la reserva hídrica de la demarcación geográfica Tinto, Odiel y Piedras se encuentra al 94,3%, la de Guadalete-Barbate al 53,2% y la Guadalquivir al 58,2%. En la Cuenca Mediterránea Andaluza los embalses han subido hasta el 51,1% y en la del Júcar al 59,3%. La reserva de la cuenca del Ebro está en mejor situación, al alcanzar el 84,3% de su capacidad, mientras que baja hasta el 54,2% en las Cuencas internas de Cataluña.
La del Segura es la única cuenca que se encuentra por debajo del 50% de su capacidad, con unos embalses que están al 26,5%.

Las últimas lluvias, no obstante, también han generado estragos en algunos puntos del país. Las cuatro borrascas que impactaron especialmente en Castilla y León, donde el río Adaja se desbordó a su paso por Ávila, y en la Comunidad de Madrid las autoridades llegaron a declarar la situación 1 de emergencia del Plan de protección ante riesgo por inundaciones.
En Madrid capital hubo riesgo de desbordamiento del río Manzanares y en lugares de Castilla-La Mancha como Talavera de la Reina la fuerza del agua derrumbó parte del puente viejo el pasado domingo. Y aunque el clima ha mejorado en estos últimos días, en algunas zonas del país ahora preocupa el deshielo.
Aumentan los fenómenos climáticos extremos en España
Aparte de las intensas lluvias que ha dejado marzo, lo cierto es que en España los fenómenos climáticos extremos no han hecho más que aumentar en los últimos años, tal y como evidenció la dana del pasado 29 de octubre en la Comunidad Valenciana, que arrasó más de 80 municipios. Y es que el país está más expuesto a lluvias torrenciales violentas debido al calentamiento del Mediterráneo. Además, “debido a la situación geográfica y, aunque pueda parecer paradójico, también puede ocurrir que por consecuencia del calentamiento global tengamos sequías más largas”, señalaba recientemente a este periódico Rubén Del Campo, portavoz de Aemet, ya que las condiciones del norte de África, de climas muy áridos, “se están extendiendo hacia el norte”.
España, de hecho, fue el octavo país con más muertes y daños por eventos meteorológicos extremos entre 1993 y 2022, con 27.000 víctimas debido, principalmente, a las olas de calor, inundaciones e incendios, según el Índice de Riesgo Climático 2025, que cifra en más de 765.000 las muertes en todo el mundo en ese periodo. Además, los daños derivados de esos episodios climáticos extremos en España superan los 25.000 millones de dólares, de acuerdo a esos mismos datos.