El misterio de la capilla invadida de moscas: “Hay tantas que las contamos en cubos”

Este problema ha obligado a suspender la actividad en la iglesia, y persiste año tras año

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16/08/2024 La mosca de la
16/08/2024 La mosca de la fruta. (ANDREW KUANG, GALLIO LAB / Europa Press)

La capilla Notre-Dame-du-Chêne en Blotzheim, un pequeño pueblo en el departamento de Alto Rin, en Francia, lleva siendo el hogar de unas visitantes inesperadas y molestas desde hace varios años. Una situación inusual que, a pesar de lo habitual que es encontrarse este tipo de bichos en cualquier lugar, pone al límite la paciencia del presidente del consejo de esta iglesia, que exclama que “hay tantas moscas que las contamos en cubos”. En la entrevista que concedió el presidente al diario Ici Alsace, éste explica que el fenómeno es inexplicable por su periodicidad. Parece que las moscas tienen perfectamente asociado el fin del verano con su asentamiento en la capilla, de forma que, en el mes de septiembre, llegan a la iglesia y permanecen ahí durante todo el invierno.

El responsable explica que, tal es la cantidad de moscas que allí habitan, que pueden escucharse durante las misas: “Los encontramos también en los fuelles del órgano”. De hecho, la molesta presencia de estos insectos obligó a cancelar varias ceremonias, debido a que las misas no podían celebrarse con normalidad, hasta el punto de que el recinto tuvo que ser cerrado al completo recientemente, para dejar que una empresa de higiene y desinfección realice los trabajos oportunos. Sin embargo, este problema lleva persistiendo durante varios años, y no se ha encontrado, de momento, una fórmula que garantice una solución duradera.

Fotografía de archivo de los
Fotografía de archivo de los trabajos de una empresa de fumigación. (EFE/Santi Donaire)

Las moscas se quedan en los recovecos de la bóveda

Es impensable que la presencia de algunas moscas pueda suponer un problema tan grave como para tener que cerrar definitivamente el recinto de una iglesia. Por tanto, es imposible imaginar la magnitud de este grupo de insectos que, según cuentan los feligreses, habitan durante el invierno en los huecos de la bóveda de la capilla. Según relatan, los bichos comenzaron a dañar paulatinamente la estructura. Este mismo año, la capilla permanecerá cerrada hasta finales de marzo aunque, sin embargo, al tratarse este de un problema regular, necesita de la intervención de una empresa especializada, al menos, una vez al año. También, se incorporará un insecticida en la pintura de las paredes de la iglesia.

Estas operaciones de mantenimiento se financian gracias a las aportaciones de los feligreses, y tienen un coste aproximado de unos 10.000 euros. Sin duda, una cantidad irónicamente excesiva si se piensa que se trata de eliminar unos insectos tan pequeños. Para los propios feligreses, algunos ya acostumbrados a convivir con las moscas mientras practican sus oraciones, esta situación es un auténtico misterio. Realmente, no saben cómo ni por qué estos insectos voladores se sienten atraídos por la capilla. Tampoco saben por dónde entran, y solo sospechan que los excrementos de los pájaros, la humedad de la capilla y la luminosidad pueden ser factores que atraigan a los insectos al interior de la iglesia.

Mosca de la fruta. (SANJAY
Mosca de la fruta. (SANJAY ACHARYA / Europa Press)

El presidente del consejo de la iglesia apunta la única teoría que puede hacer que, para él, esto tenga una explicación lógica: “El calentamiento global puede explicar en parte la proliferación de insectos y su abundante presencia en los últimos años”.