
Una vez más, Pepe Navarro ha vuelto a la actualidad por un tema relacionado con Ivonne Reyes y su hijo Alejandro. Según publicó Lecturas en su versión en papel, el periodista estaría intentando proteger su patrimonio para que Alejandro no pudiera acceder a la parte de la herencia que le corresponde por ley.
Entre su patrimonio destaca su mansión de Ibiza, una propiedad de la que se ha escrito mucho y que mostró él mismo en 2017 en el programa Mi casa es la tuya, de Bertín Osborne, donde mostró buena parte de los rincones de esta vivienda que destacaba por sus paredes de color rojizo.
Tiempo más tarde, se publicaron diferentes noticias que afirmaban que Pepe había puesto a la venta la propiedad por unos 10 millones de euros. Sin embargo, no tardó en desmentir estas informaciones, afirmando que seguía siendo el dueño del inmueble.
Si bien la situación es la misma, pues Navarro sigue siendo el dueño de esta villa, hay un cambio significativo. Tal y como ha podido comprobar Infobae, aquel que lo desee puede convertirla en su destino de vacaciones a través de la plataforma Airbnb.

La casa del presentador tiene 30 hectáreas de superficie sobre las que se levanta una vivienda de 512 metros cuadrados situada a 200 metros sobre el nivel del mar. Si bien en el pasado las paredes eran rojizas, hoy día son de color blanco, el tono más representativo para las villas ibicencas. La casa cuenta con varias alturas a las que se accede desde escaleras interiores y exteriores.
Una de las partes más atractivas es la piscina, de estilo infinito y 55 metros de largo. Fuera también hay una zona de terraza en la que se puede descansar y ver el mar. Fue uno de los escenarios de la entrevista que hizo junto a Bertín.

La villa dispone de cinco dormitorios dobles, algunos de ellos con su propio cuarto de baño. Si por algo destacan es por su amplitud, pues tienen grandes cristaleras que se abren a la terraza. Desde la misma se puede ver tanto el mar como la montaña y disfrutar de la brisa nocturna.
A través de la reserva por Airbnb, sin embargo, solo se puede acceder a un dormitorio y un baño.

La cocina es digna de un restaurante. Tiene 35 metros cuadrados, cocina de gas, dos neveras, dos hornos, microondas y una isla central con taburetes.

El descanso está asegurado en el salón, donde se pueden hacer reuniones con amigos gracias a sus muchos asientos. Lo más destacado es la luminosidad, pues el sol entra a raudales a través de sus amplios ventanales.

Como es habitual en este tipo de alquileres, el precio varía según la época del año en la que se desee reservar. En abril, por ejemplo, el coste parte de 2.300 euros la noche y, además, es obligatorio reservar al menos tres noches.
Julio, agosto y septiembre son los tres meses más demandados en la isla mediterránea, de ahí que el coste sea mayor: 3.000 euros la noche.