Una dermatóloga explica cómo hacerse la doble limpiezaEl auge del skincare está siendo uno de los fenómenos más notables en la industria de la belleza en la última década. Impulsado por el interés creciente por la salud y el bienestar, cada vez más personas buscan cuidados específicos para la piel, con una mayor conciencia sobre la importancia de mantenerla saludable. La proliferación de productos especializados, desde limpiadores hasta sueros y cremas anti-envejecimiento, ha dado lugar a una verdadera revolución en el mercado.
Influencers, celebridades y dermatólogos han jugado un papel clave en popularizar rutinas personalizadas, adaptadas a las necesidades de cada tipo de piel. Sin embargo, ante un exceso de información, los mensajes son contradictorios. Por ello, conviene escuchar solo los consejos de voces expertas. La dermatóloga Leire Barrutia es una de ellas.
La limpieza facial es imprescindible para un buen cutis. (Puresc)La doble limpieza es un ritual que cada vez cobra más relevancia en el cuidado de la piel, y para hacerlo correctamente, los expertos recomiendan seguir unos pasos específicos. Según la dermatóloga Leire Barrutia, lo primero es aplicar un aceite o bálsamo sobre la piel seca, sin mojarla previamente. Este primer paso tiene como objetivo disolver el maquillaje y, en su caso, también el protector solar. “Es importante masajear durante 30 a 60 segundos para asegurarse de que el producto elimine bien todos los residuos”, señala la especialista. Una vez realizado este masaje, se debe aclarar el aceite con agua tibia.
El siguiente paso consiste en aplicar un gel limpiador sobre la piel aún mojada. Es recomendable optar por un gel limpiador con partículas exfoliantes o con ingredientes como el ácido salicílico, que ayudan a limpiar los poros y a eliminar las células muertas. “Este paso es fundamental para una limpieza profunda y para mantener la piel libre de impurezas”, afirma la dermatóloga.
Finalmente, hay un último paso opcional, que cambia según la rutina de cada persona. Este es el de la exfoliación. Se puede realizar una o dos veces por semana, usando un exfoliante para dar un impulso adicional a la eliminación de células muertas. Sin embargo, es esencial aclarar bien el producto con agua y secar la piel con una toalla limpia para evitar la proliferación de bacterias.
Este proceso de doble limpieza no solo garantiza una piel más limpia, sino que también optimiza la absorción de productos posteriores, como hidratantes o tratamientos específicos, mejorando su eficacia.
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Animación que muestra el efecto de transparencia del tejido y cómo podría aparecer si se probara con humanos en el futuro. La última parte de la animación muestra cómo los fotones interactúan con los tejidos a nivel celular, tanto con saturación de FD&C Yellow 5 como sin ella. Crédito: Keyi "Onyx" Li/Fundación Nacional de Ciencias de EE. UU. Al seguir una rutina de skincare, es fundamental evitar ciertos errores para maximizar los beneficios. Uno de los más comunes es no adaptar los productos al tipo de piel, lo que puede causar irritación o desajustes.
Otro error frecuente es no limpiar adecuadamente el rostro, ya que la piel no absorberá bien los productos si queda impura. Además, muchos tienden a sobrecargar la piel con demasiados productos, lo que puede generar efectos contraproducentes, como la obstrucción de poros. Ignorar la protección solar también es un fallo importante, ya que, incluso con una rutina adecuada, la exposición al sol puede empeorar problemas de la piel.