
Pasadas las semanas de lluvia, las personas alérgicas empiezan a prepararse para una intensa estación primaveral. Los expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) apuntan a una temporada en la que el polen se mantendrá más tiempo en el ambiente y generará síntomas de alergia persistentes.
Las cuatro borrascas que han pasado por España han tenido mucho que ver: las altas temperaturas del inicio del año, unidas a las grandes precipitaciones de febrero y marzo van a provocar un aumento del polen en el país. “Algunos de nuestros pacientes acaban de sufrir los efectos de una polinización de ciprés intensa y larga por las lluvias del otoño y las altas temperaturas. Estos cambios en los patrones de polinización, y el hecho de que cada vez con más frecuencia los pacientes son alérgicos a pólenes de estaciones diferentes, hace que muchos de ellos tengan síntomas casi todo el año”, según la alergóloga Magdalena Lluch.
Este año, se esperan especialmente altos niveles de pólenes de gramíneas y olivo. Este primero es una de las principales causas de alergia en España, donde se estima que hay 8 millones de personas alérgicas y un 85% son afectados por las gramíneas.
Qué son las gramíneas

Son una familia de plantas herbáceas y ocupan un 20% de la vegetación de la tierra. Su forma de espiga las hace fácilmente reconocibles, si bien hay unas 9.000 especies en todo el mundo. Su importancia económica es enorme, pues constituyen uno de los cultivos alimenticios de la humanidad: entre ellos se cuentan el arroz, el trigo, el maíz, la avena, la cebada...
Estas plantas producen, por desgracia para muchos, una gran cantidad de polen que se dispersa bien y puede ser transportado a largas distancias. En España, constituyen “la causa más importante de polinosis” o alergia al polen, según la SEAIC. Las gramíneas se concentran principalmente en el interior del país, en el centro y el norte, a excepción del litoral mediterráneo, donde la maleza es predominante. Su producción de polen es más intenso entre abril y junio, pero dada la cantidad de especies diferentes que existen y las características de nuestro clima, las gramíneas pueden quedarse en la atmósfera todo el año, aunque en los meses de frío se concentra menos polen.
Su polen, además, tiene una gran capacidad para producir síntomas alérgicos, desde rinitis hasta asma, lo que genera una importante alteración en la calidad de vida de quienes son sensibles a esta planta. En los casos más severos, puede llegar a producir dermatitis en la piel, al utilizar cremas o jabones con avena. Sin embargo, las personas alérgicas al polen pueden consumir cereales sin problema.
Cómo saber si tengo alergia

Las alergias se producen de forma estacional y pueden aparecer en cualquier momento de la vida. Algunos síntomas que pueden indicar alergia al polen son la congestión nasal, estornudos, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos, tos seca, dificultad respiratoria...
Si sufres estos síntomas durante la primavera, es probable que tengas alergia a algún tipo de polen. Pero para saberlo con seguridad, pueden realizarse pruebas cutáneas que consisten en introducir en la piel distintos alérgenos sospechosos de forma controlada para ver si se produce alguna reacción inflamatoria característica.