
Las travesías, que son tramos de carretera que atraviesan zonas urbanas o pobladas, presentan particularidades que las convierten en puntos críticos de la red vial. En 2018, según la Dirección General de Tráfico (DGT), las travesías españolas registraron más de 1.500 accidentes con víctimas, lo que resultó en 43 fallecidos y 169 heridos graves. Estas cifras alarmantes llevaron a la DGT a poner en marcha medidas urgentes para revisar y mejorar la seguridad de estas vías, a través de la denominada “Estrategia T”, un plan que busca reducir la siniestralidad en estas áreas mediante la reorganización de los espacios y la implementación de nuevas medidas de seguridad.
Las travesías, por su diseño híbrido, suelen ser zonas donde coexisten vehículos, peatones y ciclistas, lo que incrementa considerablemente el riesgo de accidentes. La naturaleza de estos tramos, que unen áreas urbanas con carreteras interurbanas, genera transiciones abruptas que dificultan la adaptación de los conductores, quienes pueden verse sorprendidos por cambios repentinos en el tipo de vía o la presencia de peatones en áreas no habilitadas. Además, las travesías presentan una gran heterogeneidad en su diseño y señalización, lo que genera incertidumbre sobre las normas a seguir, especialmente en lo que respecta al estacionamiento en áreas como el arcén.
En general, la normativa de tráfico prohíbe el estacionamiento en los arcenes transitables, incluidos los de las travesías. El arcén tiene una función crucial en la seguridad vial, sirviendo como espacio de emergencia para situaciones imprevistas, como averías o accidentes.
Permitir que los conductores estacionen en estas zonas podría obstruir la circulación, aumentando el riesgo de accidentes, especialmente en zonas de alta concentración de vehículos y peatones, como las que se encuentran en las travesías. Es importante recordar que, según el Reglamento General de Circulación, el estacionamiento en un arcén transitable puede ser considerado una infracción y conllevar sanciones económicas, ya que la obstrucción del paso en estas áreas compromete la seguridad vial. Esto es lo que dice la DGT al respecto: “Se podrá parar y estacionar DENTRO de la calzada y del arcén, aunque éste sea transitable, siempre que se deje un espacio libre para la circulación de al menos 3m.
Además, se deberán tener en cuenta estas normas:
- En vías de sentido único, se podrá parar y estacionar en ambos lados.
- En vías de doble sentido, solo se puede parar y estacionar en el lado derecho."
Excepciones a la norma
No obstante, existen excepciones a esta norma, siempre que se trate de situaciones de emergencia o necesidad, como un vehículo que no puede seguir circulando debido a un fallo mecánico. En esos casos, el conductor debe señalizar la parada con los triángulos de emergencia y tomar las precauciones necesarias para minimizar los riesgos. Es importante destacar que, a partir del 1 de enero de 2026 ya no estarán permitidos estos triángulos de emergencia y todos los vehículos deberán contar con una luz V-16 conectada para señalizar averías o accidentes.

La DGT ha priorizado la revisión de las travesías debido a su alta siniestralidad y la complejidad en su regulación. En este sentido, la “Estrategia T” tiene como objetivo no solo reducir los accidentes, sino también unificar los criterios de diseño y señalización en las travesías, lo que facilitará a los conductores identificar mejor estas zonas y adaptarse a ellas. La implementación de nuevas señalizaciones, el estrechamiento de carriles para reducir la velocidad, la instalación de medianas intermedias y la delimitación más clara de los carriles son algunas de las medidas propuestas para mejorar la seguridad.