
Irse a vivir a un país extranjero supone adaptarse a una gran cantidad de cuestiones culturales y sociales a las que no se está acostumbrado: la gastronomía, la forma de relacionarse de las personas, las costumbres y las tradiciones. Cuando el lugar de origen y el nuevo destino difieren mucho en estos aspectos, se pueden producir choques culturales. Estos pueden ocurrir en cualquier lugar: en el trabajo, en las quedadas con los amigos o en la escuela, ya que los modos de proceder en cada país varían y existen unas dinámicas diversas.
La manera en la que se entiende el mundo cambia de persona a persona, pero también de nacionalidad a nacionalidad precisamente por esto: en cada sitio hay unas costumbres que nos moldean. Sobre esta cuestión ha hablado en uno de sus vídeos más recientes Maye, una mujer latinoamericana que vive en Europa y que comparte en sus redes sociales (@pekyramona) cómo es la maternidad y el embarazo desde su propia experiencia. Madre de una niña de seis años y otro en camino, ha explicado la curiosa situación que vivió con su hija en el colegio: “Estos son los problemas que algunos niños mitad latinos mitad europeos tienen que vivir en el primer mundo”, destaca Maye.
En la escuela a la que acude su hija informaron a los padres de que les harían una sesión de fotos a los niños de la clase para que las familias pudiesen tener un recuerdo. Para ese día señalado, la mujer decidió preparar a su hija para la ocasión: “Obviamente yo quiero inculcarle a ella que hay días que uno tiene que ir bien lindo”, explica la madre. Por ello, le hizo un peinado con dos coletas, le puso unos pendientes de aritos, un poco de pintalabios y un vestido bonito: “Se sentía diva, preciosa, hermosa; pero la pobre se estrelló con la realidad”.
“No les importa”
Al llegar al colegio, el día en el que se harían la fotografía, la niña se sintió un poco extraña al ver a sus compañeros de clase: “Ella me dijo así cerquita de la oreja: ‘Mamá, pero todos están vestidos normal’”. Al ser una ocasión especial, Maye había optado por vestir de una forma más arreglada de lo habitual a su hija, pero el resto de los niños llevaban la ropa que generalmente visten en su día a día, algo que le llamó mucho la atención.
“Hay muchos padres aquí superrelajados con ese asunto y les hacen una foto de sus niños, algo así que va a perdurar para el resto de sus vidas, y no les importa. Que no estoy criticando”, destacó con sorpresa y entre risas por la reacción que había tenido su hija. Ella entendió que, al ser una ocasión especial y algo que no hacen todos los días en clase, todos los compañeros irían a la escuela más arreglados de lo habitual, aunque realmente no fue así.

Pese a la extrañeza de la niña, Maye decidió restarle hierro al asunto y alejarse de comparaciones, diciéndole a su hija que lo importante es que ella fuese cómoda y segura con la ropa que llevaba: “Le dije: ‘ay, mi amor, pero lo importante es que vas a salir linda en las fotos’”, algo con lo que ella quedó conforme.
El vídeo ha generado una gran diversidad de reacciones en los comentarios: desde personas que han señalado que esto es algo común, que los latinoamericanos suelen arreglarse más para estos eventos, hasta los que destacan que no los niños deben vestirse acorde a su edad.