La justicia japonesa indemniza a un ciudadano con más de un millón de euros tras 47 años en el corredor de la muerte

La policía japonesa manipuló las pruebas y coaccionó a Hakamata en los interrogatorios, generando controversia en las fallas estructurales y éticas del sistema penal nipón

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Iwao Hakamata, el hombre que
Iwao Hakamata, el hombre que paso más de 45 años encerrado injustamente. (Imagen: X)

Iwao Hakamata pasó 47 años en el corredor de la muerte, un récord mundial en cuanto a la duración de una condena de un prisionero en espera de su ejecución. Su historia, una de las más sombrías en la historia judicial de Japón, comenzó con un crimen que nunca cometió, un crimen que lo arrastró a un laberinto de dolor físico, mental y psicológico del que solo pudo salir tras casi medio siglo de sufrimiento.

Sin embargo, lo que parecía una tragedia irremediable terminó siendo un testimonio de justicia tardía, pero poderosa, cuando Hakamata recibió la mayor indemnización penal en la historia de Japón: 217 millones de yenes (1,34 millones de euros), tras su absolución en septiembre de 2024.

Señalado a dedo

La historia de Hakamata comienza en 1966, un periodo en el que el joven trabajaba en una planta procesadora de miso y, además, entrenaba como boxeador.

En ese año, se encontraron los cuerpos de un hombre, la esposa y los dos hijos incinerados en su casa; no obstante, todos fueron asesinados a puñaladas y luego quemados en un incendio que arrasó su hogar.

La policía, en su afán por resolver el caso lo más rápidamente posible, dirigió su mirada hacia Hakamata, un hombre de 32 años, empleado de en la fábrica que dirigía el padre de la familia asesinada.

Al joven le esperaba el corredor de la muerte, acusado de asesinato, de la quema de la casa y robar 200.000 yenes en efectivo, aunque desde el principio negó haberlo hecho.

No obstante, había una prueba incriminatoria que parecía ser aplastante. Así, en 1968 fue condenado a muerte. Durante su juicio, los abogados defensores intentaron demostrar que las pruebas que lo involucraban eran insuficientes y, lo que es más grave, que el ADN encontrado en la ropa de las víctimas no coincidía con el de Hakamata.

Sin embargo, la fiscalía logró presentar lo que parecía ser suficiente evidencia, incluida una confesión obtenida bajo circunstancias dudosas.

Hakamata fue detenido el 18
Hakamata fue detenido el 18 de agosto de 1966, cuando tenía 30 años. Abogados defensores de Hakamata

El caso se convirtió en una larga pesadilla para Hakamata. A lo largo de los años, sus abogados insistieron en que la confesión que lo incriminaba había sido extraída bajo tortura y coacción durante los interrogatorios, una acusación que el propio imputado mantendría durante su largo encarcelamiento.

Mientras tanto, la amenaza de su ejecución era constante, lo que no solo erosionó su salud física, sino también su estabilidad mental. Vivió casi cinco décadas atrapado en una angustia que parecía no tener fin.

“Un mundo de fantasía”

El giro en su historia llegó en 2014, cuando, tras una revisión del caso, se reconocieron serias irregularidades en el proceso judicial. La Corte anuló su condena a muerte y ordenó un nuevo juicio, al descubrirse que las pruebas presentadas durante el juicio original no solo eran insuficientes, sino que había claros indicios de que las confesiones que fueron producto de torturas físicas y psicológicas.

No fue hasta septiembre de 2024 que Hakamata fue finalmente exonerado, luego de que el tribunal de Shizuoka revisara el caso y concluyera que la policía había manipulado las pruebas.

El juez Kunii Koshi, que dictó la sentencia, reconoció el sufrimiento extremo que Hakamata había padecido durante sus años de encarcelamiento.

No obstante, los abogados de Hakamata argumentaron que el dinero no podría reparar el daño emocional y psicológico que había sufrido su cliente durante décadas de detención. Según ellos, Hakamata vivió durante todos esos años en lo que describieron como “un mundo de fantasía”, desconectado de la realidad, marcado por la amenaza constante de la ejecución.

De hecho, a lo largo de los años, su salud mental se deterioró gravemente, llegando a perder el contacto con la realidad en ciertas ocasiones.

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Pena de muerte: ¿a favor o en contra?

El caso de Hakamata ha generado un debate profundo en Japón sobre la pena de muerte, un sistema judicial que sigue siendo muy controvertido en el país.

Hakamata, que ahora tiene 89 años, es solo el quinto prisionero que recibe un nuevo juicio y es exonerado tras haber sido condenado a muerte en la posguerra.

Su caso ha puesto en evidencia las fallas estructurales y éticas del sistema penal japonés, especialmente en relación con las pruebas obtenidas bajo coacción.