El carisma y la personalidad de Karlos Arguiñano son algunos de los rasgos que han llevado al cocinero vasco a lo más alto en cuanto al éxito en la televisión se refiere. Lo cierto es que Arguiñano ha sabido muy bien, desde que comenzó a trabajar en televisión, cómo compaginar su gran pasión, la cocina, con su trabajo delante de las cámaras. Así, su vocación, más allá de cocinar, ha pasado a basarse en compartir sus recetas con todas las personas, y demostrar que la cocina no tiene por qué ser complicada para ser rica. La sencillez y la variedad de sus platos atrapa cada mañana a miles de espectadores, que se quedan delante de la pantalla, pendientes de cómo Karlos Arguiñano explica con gracia y espontaneidad cada paso de sus recetas.
Así, es esta forma de ser tan particular y ese sentido del humor tan suyo el que provoca que el éxito de Karlos Arguiñano se haya prolongado durante tantos años. Su carrera en la televisión comenzó en 1989, cuando debutó en la televisión vasca. Más tarde fichó por RTVE y, tras trabajar unos años en Argentina, volvió a la televisión española de la mano de Telecinco. Después, volvió a La 1 y, actualmente, presenta desde 2010 el programa Cocina abierta con Karlos Arguiñano, en Antena 3. Sin embargo, el vasco ya mostraba su talento culinario ayudando a su madre, cuando tenía 7 años. Con 17 ya comenzó sus estudios profesionales y en 1979 abrió el Hotel Restaurante Karlos Arguiñano en Zarautz, que aún regenta.

La solidaridad de Karlos Arguiñano
Sin duda, el hecho de aprovechar su talento culinario para compartirlo con sus espectadores gracias a los programas de cocina, y hacerlo de una manera tan familiar y cercana ya puede considerarse un acto de generosidad que Karlos Arguiñano lleva realizando durante más de 40 años, desde que comenzó en el mundo de la televisión. Sin embargo, la personalidad generosa y solidaria de Arguiñano va un paso más allá, ya que el cocinero ha decidido siempre destinar parte del dinero que ha ganado en televisión a causas solidarias.
Sus programas no han sido la única fuente de ingresos de Karlos Arguiñano en el mundo audiovisual. La visibilidad que alcanzó el cocinero provocó que muchos anunciantes quisieran colaborar con él para anunciar sus productos. El vasco ha sido la imagen de marcas como Avecrem, Gallina Blanca, o los supermercados Lidl. Según aseguró en el programa ‘Dos parejas y un destino’, de Televisión Española, el dinero que ha recaudado con la publicidad lo ha destinado siempre a “obras sociales”: “La satisfacción que me da el haber utilizado todo ese dinero para dar de comer a miles y miles de niños que no les llegaba la comida, eso no te lo produce ningún coche, ni una avioneta ni un helicóptero, ni nada".

En el programa de TVE, dos parejas de famosos visitan diferentes lugares de España. En este caso, Anne Igartiburu, María del Monte, Florentino Fernández y Gonzalo Miró viajaron a San Sebastián, y fue Karlos Arguiñano el que se encargó de ser el anfitrión ‘sorpresa’. En una charla distendida, el cocinero vasco señaló que había ganado un “muy buen dinero” con la publicidad: “Yo hago mucha publicidad, yo he hecho más de casi cien ‘spots’ de televisión, cien”, explicaba Arguiñano, a quien le hace especialmente feliz destinar ese dinero a ayudar a los más necesitados.
“El que tiene un helicóptero se lo gozará, pero que tú sepas que, con el dinero que tú has puesto, están comiendo 2.000 o 2.500 personas todos los día en algún lugar, esa satisfacción no te la produce nada en el mundo, nada”, exclamó tajante Karlos Arguiñano. El cocinero también quiso dejar claro que lo más importante en la vida “es rodearte de buena gente”: “Concretamente en este momento, que aprovechéis cada minuto de vuestra vida. Que no dejéis nada para mañana”.