
Una ‘ventana de la vida’. Así le llaman las monjas croatas a una caja colocada en una de las paredes del convento Udruga Betlehem Zagreb. Es “para evitar infanticidios”, dicen. Sin embargo, la iniciativa no ha dejado de suscitar críticas por parte de ONGs, que, dicen, es “un caballo de Troya” ilegal para los activistas antiaborto.
La iniciativa está promovida por un grupo vinculado a la Iglesia Católica y busca ofrecer una alternativa para madres que no desean o no pueden cuidar a sus recién nacidos. Ha sido calificada por algunos como una medida para salvar vidas, mientras que otros la ven como un intento de socavar los derechos reproductivos.
Esta vuelta a la Edad Media, cuando se dejaban bebés en iglesias, conventos y seminarios, fue construida en febrero en la pared de un convento en un tranquilo vecindario de Zagreb. Unos sensores de movimiento activan una alarma en los teléfonos móviles de Alberta Vrdoljak, madre organizadora de la medida y de las demás monjas del convento y del grupo católico cuando se abre la compuerta. La cámara de seguridad, colocada en un ángulo estratégico, asegura que la persona que deje al bebé no sea visible.
El pequeño espacio incluye un compartimento calefaccionado con una pequeña cama para depositar al recién nacido. Según detalló Midi Libre, una vez que se detecta la presencia de un bebé, las encargadas notifican a la policía y a los servicios médicos para garantizar la atención inmediata del menor.
El impactante caso de un bebé recién nacido abandonado en un contenedor de basura en un parque cerca de Zagreb el pasado mayo demostró la necesidad de hacerlo, dijo a la AFP Alberta Vrdoljak: “Su objetivo es salvar vidas y prevenir el infanticidio”, añadió.
Desde hace años, el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha instado a los países a abandonar el uso de estas “cajas para bebés”. Al menos diez países europeos, según la Asociación de Belén, las emplean: Austria, Bélgica, República Checa, Alemania, Hungría, Italia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Suiza. También existen en China, India, Japón y Estados Unidos.

Presión a mujeres con embarazos no deseados
Varias organizaciones no gubernamentales y grupos feministas se oponen a la instalación de la “caja para bebés” y advierten sobre su carácter “ilegal, peligroso y contrario al interés superior del niño”. Diversas entidades, agrupadas en la Red de Mujeres Croatas, han solicitado su retiro, argumentando que esta medida presiona a las mujeres a continuar con embarazos no deseados.
Para las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres, esta iniciativa representa una estrategia de los grupos antiaborto, muy influyentes en Croacia, donde el 80% de la población se identifica como católica. En los últimos años, grupos conservadores han realizado oraciones y protestas en las calles contra el derecho al aborto, regulado por una ley de 1978 promulgada cuando Croacia era parte de Yugoslavia.
Croacia, un país con una fuerte influencia de la Iglesia Católica, ha sido escenario de debates recurrentes sobre temas relacionados con el aborto y los derechos de las mujeres. El aborto es legal, pero se ha vuelto menos accesible porque la mayoría de ginecólogos en los hospitales públicos se niegan a realizarlo por razones morales.
“Puede parecer una buena idea, pero en el fondo se trata de hacer que las mujeres se sientan mal por el aborto, ofreciéndoles una ‘alternativa’”, declaró a la AFP Mia Knezevic, una empleada de oficina de Zagreb. El Ministerio de Política Social croata ya ha puesto en marcha una inspección.