
Desde hace varios años, parece que las tazas están de moda. La tendencia de personalizar estas pequeñas vasijas, de comprar las más extrañas o crearlas y decorarlas con nuestras propias manos sigue al alza entre la población, sin importar la edad. Pese a que la sociedad parezca cada vez más apreciar estos pequeños recipientes, todavía algunos locales siguen sirviendo sus bebidas calientes, como el café, en vasos de cristal, en muchas ocasiones por preferencia del cliente.
Ante esta práctica comúnmente extendida, Eduardo, camarero y dueño del restaurante cántabro Las Peñas, ha lanzado un mensaje contra aquellos que eligen “vajillas extrañas” para pedirse el café con leche. Eduardo ha compartido su vídeo en la red social TikTok, donde el perfil de su negocio acumula cientos de miles de seguidores y más de cuatro millones de ‘me gustas’.
Según reivindica este hostelero, “cada vajilla y cada cristalería se ha diseñado para una bebida diferente, ya que le va a afectar directamente en el sabor y en la experiencia general de tomarlo”. Por eso, según Eduardo, “de toda la vida el café se disfruta muchísimo más en porcelana o cerámica y la cerveza, en cristal”.
¿Por qué es mejor una taza que un vaso de cristal?

Para muchos el “de toda la vida” no ha sido suficiente para convencerse y así lo reflejan los comentarios, donde algunos usuarios defienden que si ellos pagan por el café, debe servirse donde ellos prefieran. Pero es cierto que, dependiendo del tipo de café, la taza de cerámica o porcelana puede ser mejor opción. Según explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), las tazas son apropiadas cuando se toma el café caliente. Primero, porque al poseer un asa, es mucho más sencillo tomarlo sin quemarse. Y además, porque suelen estar fabricadas con materiales como la porcelana o la cerámica, que pierden temperatura mucho más despacio que el metal o el vidrio. Esto ayuda a que el café se mantenga caliente más tiempo y pueda disfrutarse sin prisas.
Pero estas tazas pueden ser frágiles, especialmente la porcelana, y su naturaleza opaca hace que no puedas ver el café o saber con exactitud cuánto azúcar has echado. Por eso, en algunas ocasiones, puede ser preferible utilizar tazas transparentes. La OCU recomienda una taza pequeña de porcelana o loza para el espresso, de mayor tamaño para el cortado o el café con leche, y con una parte superior ancha para el capuccino. En cambio, las tazas de vidrio o borosilicato serán ideales para “cafés que se disfrutan con la vista”, como el irlandés o el vienés. Estas vajillas pueden ser ideales porque, normalmente, se fabrican con una doble pared, de tal modo que el calor de la bebida se mantiene a la par que el exterior se mantiene fresco para no quemarse al levantar la taza.
Pero si eres una persona que disfruta de cafés fríos, como el frappé o el café con hielo, los vasos largos y de vidrio son la mejor opción.