Si la constelación de satélites en la que trabaja Startical ya estuviese operativa, la gestión de todos los vuelos desviados por culpa del incendio del aeropuerto de Heathrow hubiese sido una tarea mucho más sencilla. Esta empresa española, propiedad a partes iguales de Indra y Enaire, se encuentra inmersa en el desarrollo de entre 250 y 300 nanosatélites con los que promete revolucionar el tráfico aéreo al hacer los viajes en avión mucho más seguros, eficientes y mejorar la puntualidad de las aerolíneas.
Actualmente, en vuelos transoceánicos o sobre áreas remotas, los aviones atraviesan zonas sin cobertura de comunicaciones de voz en tiempo real. Esto les obliga a mantener amplias separaciones para garantizar la seguridad, lo que reduce la eficiencia en el uso del espacio aéreo y limita la capacidad de gestionar un mayor volumen de tráfico. Esto es, justamente, a lo que Startical pretende dar solución: los cientos de CubeSats de la compañía española permitirán monitorear continuamente las aeronaves y asegurar, en tiempo real y con alta calidad, las comunicaciones de voz y datos entre el controlador aéreo y el piloto, incluso en las zonas que actualmente carecen de cobertura.
El proyecto es “tremendamente innovador” porque lleva al espacio la tecnología VHF, que es la principal herramienta de comunicación que se emplea actualmente en el sector aeronáutico, explica a Infobae España Gabriel García Rodríguez, project manager del proyecto. García destaca que, gracias a estos pequeños satélites, los aviones comerciales ya no tendrán la necesidad de sobrevolar los diferentes puntos que, en la actualidad, delinean el rumbo que deben seguir con el fin de señalar su ubicación y mantener el contacto con tierra. “Esto no solo optimizará el espacio aéreo en las zonas oceánicas, sino que permitirá hacer las rutas mucho más directas, lo que supondrá un importante ahorro de combustible y de tiempo, a la vez que hará mucho más sostenible la navegación aérea”, asegura.
Operativa a partir de 2030
Según los planes de Startical, el lanzamiento de la constelación se llevará a cabo entre 2028 y 2029, con el objetivo de comenzar a prestar servicio de cara a principios de la próxima década. Los sistemas se ubicarán a una altura de entre 600 y 650 kilómetros en planos cuasi polares. “De acuerdo a nuestros cálculos, podremos dar cobertura múltiple y solapada en todos los puntos del globo”, afirma el responsable del programa. García no descarta, además, que los nanosatélites puedan ser lanzados a bordo de un cohete de la empresa ilicitana PLD Space, el primer fabricante de vehículos espaciales de España.

Recientemente, la firma SpaceX del estadounidense Elon Musk ha puesto en órbita, en el marco del proyecto europeo Echoes, el primer satélite de Startical, con el que la empresa quiere demostrar que funcionan las tecnologías con la que estarán equipados cada uno de los futuros integrantes de la constelación. Este primer CubeSat ha sido fabricado por la empresa danesa Gomspace, mientras que un segundo sistema, que será lanzado este junio, lo ha desarrollado la compañía Nano Avionics, de Lituania. Echoes cuenta con un presupuesto de 28 millones de euros, financiado a partes iguales por la Comisión Europea y los socios de Echoes.
“Estos dos demostradores nos darán inputs para la evolución de los satélites. Ahora mismo estamos probando para ver cuál se ajusta más a lo que nosotros realmente necesitamos”, detalla García que, no obstante, no se cierra a la posibilidad de que los futuros nanosatélites sean desarrollados por alguna firma española. Cada uno de los integrantes de la constelación de Startical podrán prestar servicio hasta por seis años, tiempo en el que deberán ser reemplazados por nuevos miembros. “Los satélites están diseñados para que al final de su vida útil vayan cayendo de su órbita y, en el momento en el que empiezan a tocar la atmósfera, se desintegran por completo, no dejando ningún residuo”.