Europa pone el foco en Rusia y se olvida del Sahel: “Cuando acabe la guerra de Ucrania, la amenaza del sur seguirá allí”

La Unión Europea, más preocupada por el peligro que supone Vladímir Putin, se ha desentendido de esta región africana donde prolifera el terrorismo yihadista. Los países de la región han fortalecido sus relaciones con Moscú

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Soldados del Ejército de Malí.
Soldados del Ejército de Malí. (Nicolas Remene/Zuma Press)

Si bien el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha acelerado los tiempos, la principal razón por la que Europa quiere rearmarse es Rusia. La amenaza “real” de la que siempre habla la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no es otra que la que viene desde el este. Cierto es que las provocaciones y acciones de Vladímir Putin son el peligro más evidente al que se enfrena el viejo continente (ahí están los tres años de guerra de Ucrania como prueba), pero no es el único. Al otro lado del Mediterráneo, al sur del Magreb, existe una región sumamente inestable y aquejada por el terrorismo yihadista que, en el futuro, puede ser la causante de más de un dolor de cabeza para la Unión Europea en un futuro no muy lejano. Sin embargo, Occidente se ha olvidado del Sahel.

No es de extrañar que los principales impulsores de prestar atención a esta región africana sean los países que están más próximos a ella: España e Italia. Justamente, fueron Pedro Sánchez y Giorgia Meloni quienes, antes incluso de cuestionar el término “rearme”, insistieron en incluir una referencia al llamado flanco sur en las conclusiones tras la primera reunión en la que el Consejo Europeo dio luz verde a una mayor inversión en Defensa de los países comunitarios, a principios de marzo.

Aunque el término fue finalmente incluido, ningún otro país se lo ha tomado en serio. ”Averiguaremos cuán madura es la idea de Europa sobre la Defensa si es capaz de ver más allá de la amenaza inminente que es Rusia”, sostiene en diálogo con Infobae España el analista de Defensa Carlos Delgado. “La guerra de Ucrania va a acabar tarde o temprano y, ya sea que finalice en los términos que a nosotros nos interese o no, cuando llegue a su fin, la amenaza del sur seguirá allí”, afirma el experto.

El fin de la presencia europea

No obstante, no hace mucho tiempo, la Unión Europa sí prestaba atención al Sahel e incluso llevó a cabo misiones militares, lideradas por Francia y con la participación de España, para impedir el avance del yihadismo en países como Malí, Burkina Faso y Níger. Pero eso no terminó nada bien y en mayo del año pasado los últimos soldados europeos (españoles) abandonaron la zona. “No nos quieren”, asegura a este medio el almirante Juan Rodríguez Garat. “Prefieren estar en manos de gente que mire menos por los derechos humanos”, asegura el ex almirante de la flota en referencia a los estrechos vínculos que los nuevos gobiernos de la región —golpes de Estado mediante— han establecido con Rusia y, especialmente, con los mercenarios del Grupo Wagner.

Soldado español en Malí. (MDE)
Soldado español en Malí. (MDE)

“La junta militar maliense hablaba de diversificar sus partenariados y, en lugar de cooperar en materia de paz y seguridad solamente con Francia y otros socios europeos, quisieron ampliar sus alianzas”, explica a Infobae España la investigadora para el Sahel del Real Instituto Elcano, Marta Driessen. “Esto no fue bien recibido por la Unión Europea y terminó desembocando en la salida de Francia y de otras naciones europeas, pero también de la misión de Naciones Unidas”, detalla la experta.

“Nos vamos porque nos echan, esto ha sido un gran fracaso para la UE”, apunta Delgado, quien culpa de este fiasco a la “superioridad moral” que caracteriza a Europa. “No hemos sabido o querido afrontar la realidad: no podemos imponer nuestra visión occidental en esos países y, por ejemplo, entrenar a sus fuerzas armadas para que se hagan cargo de su seguridad con armas modernas y luego no querer vendérselas porque incumplen una serie de políticas que en Occidente son evidentes, pero en África no”, subraya.

Sánchez, dispuesto a que España llegue al 2% del gasto en Defensa antes de 2029.

Para Garat, existe “una razón fundamental” por la que Occidente ha perdido la partida en el Sahel ante Rusia. “Si a un soldado español desplegado en Malí, para colaborar con el Gobierno, se le pide que arrase un poblado por la presencia en él de sospechosos de terrorismo o de ser contrarios al régimen, el soldado español no lo va a hacer”, señala el almirante. “En cambio, los mercenarios rusos no tienen ningún problema en matar a hombres, mujeres y niños”.

El rol de España

Driessen señala que una de las particularidades de las juntas militares que gobiernan ahora los países del Sahel es el amplio apoyo del que gozan en una gran parte de la población, especialmente entre los más jóvenes, cansados de “los resultados limitados e insuficientes” tras años de misiones militares de Occidente. “Existe una serie de agravios históricos no resueltos, sobre todo con Francia. Hablo de la colonización, pero también de toda una serie de prácticas que muchos sectores de la población consideran neocoloniales, y las juntas militares han instrumentalizado ese sentimiento”, afirma la investigadora.

“Los españoles no somos franceses”, destaca Delgado, quien apuesta por una nueva presencia europea en el Sahel, ya sea militar o diplomática, pero no bajo la bandera de la UE, sino de países concretos. En este sentido, el experto asegura que “España puede ser un actor positivo porque tiene una empatía recíproca con los países de la región”. Y advierte: “Debemos ser pragmáticos, el Sahel es el muro de contención de todo lo que nos puede llegar a Europa”.