
El true crime se ha convertido en un género en auge en los últimos años: de series a libros, la crónica negra lleva tiempo en ascenso, pero en algunos casos ha llevado a cuestionarse qué límites hay que instaurar para no vulnerar según qué derechos fundamentales. En el último año, plataformas como Netflix han estrenado la miniserie El Caso Asunta, sobre Asunta Basterra en el 2013, la niña de 12 años que fue asesinada por sus padres; o El cuerpo en llamas, caso conocido como El crimen de la Guardia Urbana, que relata el asesinato en el 2017 de un agente en Cataluña a manos de su pareja, Rosa Peral y su amante.
Sin embargo, en el proceso no todos han conseguido prosperar. Especialmente cuando hay menores de por medio. En mayo de 2024, Patricia Ramírez, la madre de Gabriel Cruz, el niño asesinado por la pareja del padre del menor, Ana Julia Quezada, en febrero de 2018, cuando apenas tenía 8 años, denunció que se iba a realizar una serie documental sobre el crimen de su hijo. “Están existiendo irregularidades y personas que se están intentando lucrar de su muerte, dañando no solo su memoria, sino obviando el dolor y saltándose las normas”, relató en un comunicado. Finalmente, un mes más tarde, se confirmó que este proyecto estaba totalmente paralizado.

En las últimas semanas, el debate ha vuelto a la actualidad después de que la editorial Anagrama anunciara El odio, libro que recoge las cartas intercambiadas entre el escritor Luisgé Martín y José Bretón, asesino de Ruth y José Bretón en el 2011, que para entonces tenían seis y dos años, respectivamente. En la obra, que tiene previsto su lanzamiento el próximo 26 de marzo, incluye detalles sobre el crimen y contiene la primera confesión pública de Bretón admitiendo haber asesinado a sus hijos.
El libro, a la espera de que decida un juez de Barcelona
Sin embargo, el pasado 19 de marzo, la madre de los menores, Ruth Ortiz, presentó una denuncia ante la Audiencia Provincial y la Fiscalía de Córdoba para frenar la publicación del libro. La madre de las víctimas asegura que la exposición pública de estos hechos ha reabierto heridas emocionales y ha intensificado su sufrimiento. La Fiscalía Provincial de Córdoba, en respuesta a la solicitud de Ortiz, ha señalado que el libro podría contener información que afecta la intimidad de los menores. Un día después, la editorial anunció la pausa de la publicación.
Además, la Fiscalía de Menores de Barcelona ha presentado un escrito ante los juzgados para que se frene la publicación del libro, argumentando que es necesario analizar previamente su contenido debido a la posible vulneración de los derechos al honor, la intimidad y la propia imagen de los menores. Aunque el crimen se cometió en Córdoba, ha sido la Fiscalía de Menores de Barcelona la que ha solicitado la suspensión de la publicación de este libro, puesto que la editorial Anagrama tiene su sede en esta ciudad.
Pese a la paralización del libro, la editorial emitió un comunicado este viernes 21 de marzo, argumentando que “tanto el autor como la editorial están en su derecho de publicar esta obra”, pero esperarán a que sean las resoluciones judiciales las que les den luz verde.