De la crisis de las sequías a las lluvias torrenciales: el cambio climático desafía la gestión del agua en España

Las borrascas Laurence y Martinho ponen en evidencia el cambio de patrón en las precipitaciones, que puede hacer peligrar las estructuras de los embalses y presas del país

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Antes y después del Embalse
Antes y después del Embalse de Calanda (Aragón) con tres semanas de lluvias. (Imagen: X)

El Día Internacional del Agua, que se celebra este 22 de marzo, busca concienciar sobre la importancia del agua y la gestión de los recursos a nivel mundial. Y actualmente, España enfrenta un panorama cada vez más incierto debido al impacto del cambio climático.

En los últimos años, el país ha sido testigo de una alternancia preocupante, entre sequías prolongadas (2017-2022) hasta episodios de lluvias torrenciales. Jana, Konrad, Laurence y Martinho han provocado el desbordamiento de ríos y el desagüe de varios embalses.

Hasta hace unos meses, diversas regiones españolas experimentaban una de las peores sequías en décadas, una crisis que dejó a los embalses y ríos en niveles críticos. Durante el período 2022-2023, muchos embalses llegaron a situarse por debajo del 30% de su capacidad, lo que obligó a implementar restricciones en el uso del agua tanto para consumo como para actividades agrícolas.

Sin embargo, las lluvias recientes, impulsadas por las borrascas Laurence y Martinho, han traído un respiro temporal. El embalse de La Viñuela, en Málaga, que experimentaba niveles preocupantes de almacenamiento, como otros muchos de España, ha visto una mejora significativa, alcanzando un 36,53% de su capacidad gracias a un aumento de más de 60 hectómetros cúbicos. Esta recuperación, aunque parcial, ha aliviado a muchas regiones que estaban al borde de la crisis hídrica.

Ángel Muñoz, jefe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), señaló a principios de marzo: “Lo que vemos con estos episodios de lluvias intensas es solo una parte del problema. La sequía sigue siendo un desafío subyacente que debemos gestionar a largo plazo”.

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Cambio climático en España

“El cambio climático está provocando un aumento en la frecuencia de eventos climáticos extremos, lo que genera un patrón de inestabilidad en los recursos hídricos que nos obliga a repensar cómo gestionamos el agua en España”, advirtió José María Sánchez, climatólogo del Instituto de Meteorología de la Universidad de Castilla-La Mancha.

A pesar de las lluvias de las últimas semanas, los expertos señalan que la recuperación no es definitiva. La incertidumbre sobre la sostenibilidad de los recursos hídricos persiste, tal como destacan diversos informes, donde esta variabilidad no solo afecta a la disponibilidad del agua, sino también la infraestructura encargada de su almacenamiento y distribución, la cual no siempre está preparada para enfrentar estos extremos climáticos.

“Aunque las lluvias de este invierno han mejorado los niveles de algunos embalses, necesitamos una planificación estratégica que nos permita adaptar la infraestructura hídrica a los cambios que ya estamos viviendo debido al cambio climático”, subraya Isabel Tejerina, vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión Europea.

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Infraestructuras y condiciones extremas

La capacidad de las infraestructuras hídricas españolas para soportar la creciente variabilidad climática es otro de los puntos críticos en este debate. La falta de previsión ante fenómenos extremos aumenta el riesgo de problemas de distribución y almacenamiento, además de los daños causados por inundaciones.

Los expertos insisten en la necesidad de mejorar los sistemas de drenaje, la regulación de embalses y la creación de reservas estratégicas para garantizar una gestión eficaz de los recursos hídricos.

“La sequía ha sido uno de los mayores retos para nuestra región, pero las últimas lluvias traídas por Martinho nos muestran que, si bien los embalses se llenan, la gestión de estos recursos debe ser cada vez más inteligente y tener en cuenta los riesgos de futuro, como el cambio climático”, declaró Emilio Sáez, alcalde de Albacete, en un comunicado de prensa.

A pesar del alivio temporal que han traído las lluvias, la sostenibilidad a largo plazo sigue siendo un reto central. Las sequías pasadas y las proyecciones futuras evidencian la urgencia de un enfoque integral para la gestión del agua, que considere tanto los periodos de escasez como los de exceso de agua.

Agua total en los embalses
Agua total en los embalses de España en los años 2023, 2024 y 2025. (Imagen: X)

Adaptación urgente en tiempos de incertidumbre

“El cambio climático ha sido una llamada de atención para mejorar la infraestructura hídrica y adaptar nuestros planes de urbanismo y desarrollo. Debemos crear un modelo de ciudades más resilientes, con sistemas de gestión del agua que favorezcan el ahorro, la reutilización y la distribución equitativa”, explicó José Luis Ábalos, exministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en la reunión del Foro de Ciudades y Cambio Climático, a principios de marzo.

El cambio climático indica que se están transformando los patrones de precipitación en el país y se está reconfigurando la gestión y planificación estratégica en torno al agua en España. Aunque las lluvias de las borrascas recientes han proporcionado alivio a corto plazo, la adaptación a los fenómenos climáticos extremos es urgente.

“Las borrascas como Laurence y Martinho nos muestran que las soluciones tradicionales ya no sirven. Debemos mirar a largo plazo, adaptando nuestros sistemas de drenaje y almacenamiento de agua a la nueva realidad climática. Solo así podremos garantizar el acceso al agua en el futuro”, destacó Marta García, portavoz de Ecologistas en Acción.