
Irse a vivir a un país extranjero supone todo un reto de adaptación, pues son muchas las diferencias que hay en cada lugar: la cultura es diversa y podemos encontrarnos con distintas costumbres y tradiciones; la manera en la que se relaciona la sociedad también cambia; la gastronomía o el clima... Es por este motivo por lo que las personas que deciden migrar pueden sufrir un cierto choque cultural cuando llegan a su nuevo destino, especialmente si las diferencias son muy pronunciadas.
Emily, una joven mexicana que vive en España, utiliza sus redes sociales precisamente con el objetivo de mostrar cómo es la vida de una persona que ha decidido migrar tan lejos de su país. Tal y como señala en los vídeos que sube en su perfil de TikTok (@emilyenespana), está muy contenta en España, pero ha tenido que adaptarse a una serie de cuestiones que, sin embargo, afronta con entusiasmo.
Uno de esos desafíos ha sido el de sacarse el carnet de coche, puesto que, aunque ella ya conducía en su país, tiene que pasar también el examen en España. Para muchas personas este trámite se les atasca y puede llegar a convertirse en toda una pesadilla: una gran cantidad de exámenes suspensos, dificultad para manejar el coche con soltura y el gran desembolso de dinero que supone tener que pagar tantas clases prácticas.
La joven mexicana se encuentra en este proceso y ha compartido con sus seguidores cómo está siendo la experiencia y cuáles son las diferencias que encuentra con la manera de conducir en México.
“Eso es lo bonito de migrar”
“Estoy sacándome el carnet de conducir y estoy muy impresionada. Muy muy muy impresionada”, comienza explicando Emily. La creadora de contenido se ha mostrado sorprendida porque no puede creerse que, pese a que ya conducía en México, es ahora cuando está aprendiendo tantas cosas: “Entiendo que la normativa en cada país cambia, pero es que en México lo común es que tú no vayas a una escuela de conducción”.

En España, para poder sacarse el carnet de conducir, es estrictamente obligatorio apuntarse a una autoescuela, pasar el examen teórico, dar las clases prácticas necesarias y pasar la prueba de conducción. Sin embargo, la joven destaca que en su país esto no es imprescindible, aunque hay gente que sí lo hace: “Ahora van a llegar los mexicanos a decirme ‘claro que yo sí fui a una escuela de conducción’. Bueno, pues tú sí, Juan Pablo; tú sí, Juanita, pero yo no fui a una escuela de conducción y nadie de mi alrededor que yo conozca ha ido a una escuela de conducción en México”. Por este motivo, Emily afirma que entiende “perfectamente por qué no nos dejan cambiar el carnet”: “No sabemos bien cómo conducir de forma correcta siguiendo las señalizaciones y las reglas de tránsito europeas que hay en España”.
Esta es solo una de las cuestiones en las que Emily destaca que difieren España y México, aunque explica que afronta este aprendizaje desde la ilusión: “Quería decirles que no saben la cantidad de cosas que estoy aprendiendo de conducción y ojo, que yo ya conducía. Eso es lo bonito de migrar: adaptarte y decir ‘voy a aprender, voy a ver lo mejor de esta situación y me voy a sacar el carnet’”.