
Este jueves 20 de marzo se cumplen cinco años de la muerte de Carlos Falcó. El que fuera marqués de Griñón fallecía tan solo seis días después de que se decretara el confinamiento a causa del coronavirus, del cual se había contagiado. Tras varios días de ingreso, perdía la vida a los 83 años en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.
Debido a las restricciones sanitarias vigentes en ese momento, el padre de Tamara Falcó no pudo recibir un entierro ni funeral convencional, y al tanatorio solo acudieron sus hijos para recoger sus cenizas. Su despedida se aplazó hasta el año siguiente, en junio de 2021, cuando finalmente sus seres más cercanos pudieron rendirle homenaje en una misa multitudinaria, un acto que estuvo marcado por la obligatoriedad de las mascarillas.
Es cierto que hubo cierta tensión, pues los hijos del marqués nunca se llevaron bien con Esther Doña, la mujer con la que se casó en 2017 y con la que se llevaba 40 años. Por eso, cuando llegó el momento de repartir la herencia todo apuntaba a que podría haber problemas, aunque finalmente fue sencillo tras una negociación. “Esther se ha portado fenomenal”, llegó a reconocer Tamara en ¡Hola!, satisfecha porque pactaron con ella pagarle “un porcentaje del tercio de mejora que le correspondía de usufructo vitalicio”. También renunció a seguir autodenominándose marquesa viuda de Griñón.

Fuera del foco
Con los asuntos legales resueltos, Esther Doña optó por alejarse del foco mediático y dedicarse a un proyecto personal: escribir un libro biográfico. En La vida de un gran hombre a través de mis ojos, relató la profunda historia de amor que vivió con Carlos, abordó las duras críticas que recibió por la diferencia de edad entre ambos y compartió las emociones y el proceso de sanación que atravesó al enfrentar la pérdida de su esposo.

A pesar de haber afirmado en su momento que “no voy a volver a tener pareja, he tenido algo tan bonito que no lo voy a volver a encontrar”, el tiempo la llevó a reconsiderar su postura. Primero estuvo con el juez Santiago Pedraz, una relación que, según sus propias palabras, fue un “infierno”. Sin embargo, con el paso de los meses, Esther encontró nuevamente el amor en Joao, un empresario portugués con el que comparte planes, viajes y proyectos. Y aunque su relación no lleva mucho tiempo, ambos han disfrutado de diversos destinos, como Lisboa, Seychelles o México, mostrándose felices y compartiendo sus vivencias a través de las redes sociales.
Lejos de su faceta televisiva, donde hace años realizaba colaboraciones, Esther ha encontrado en las plataformas digitales un nuevo espacio para conectar con su público. Convirtiéndose en una suerte de influencer, dedica parte de su tiempo a promocionar marcas de belleza, moda y productos de estilo de vida. En sus publicaciones, es común ver anuncios de cremas, champús, zapatillas o vestidos, convirtiéndose en un referente para sus seguidores en el mundo de las redes sociales.
Aunque su profesión principal sigue siendo incierta, su presencia en línea le ha permitido consolidarse como una figura pública dentro del ámbito digital, generando contenido que conecta con miles de personas y colaborando con marcas que buscan visibilidad en el mercado.