El truco para limpiar el horno por la noche sin necesidad de frotar: el producto seguro y económico que elimina la grasa

La suciedad y los restos de comida persistentes en el electrodoméstico pueden ser complicados de eliminar

Guardar
Una persona limpiando la puerta
Una persona limpiando la puerta del horno. (Adobe Stock)

Limpiar el horno es una de las tareas del hogar que resulta más trabajosa, puesto que la grasa adherida puede ser difícil de quitar. Los restos de comida se acumulan durante varios días en el electrodoméstico y luego puede ser mucho más complejo quitarlos, por lo que son muchos los productos que hay en el mercado que se presentan como milagros para acabar con la suciedad de forma sencilla.

Sin embargo, algunos de ellos no resultan ser del todo efectivos y es necesario frotar durante un rato para eliminar las manchas por completo. Además, es importante seleccionar no solo el método más efectivo, sino también el menos agresivo para nuestra salud, pues el horno es el lugar en el que se preparan la mayoría de los platos que consumimos. Algunos de estos limpiadores pueden contener sustancias nocivas que quedan en el electrodoméstico si este no se limpia correctamente o que persisten si no se deja el tiempo suficiente antes de volver a usarse.

Como dejar reluciente el horno a veces resulta un verdadero dolor de cabeza, encontrar el remedio idóneo se vuelve algo de gran relevancia. Y quizá hace falta mirar hacia el pasado para encontrar la solución perfecta.

Efectivo, seguro y barato

El Museo Viviente de Weald & Downland ha compartido el truco que se utilizaba a mediados del siglo XIX para limpiar los utensilios que se empleaban para cocinar. Este producto se convirtió en principal en todos los hogares y era usado para una gran cantidad de objetos. “El bicarbonato de sodio se consideraba un limpiador multiusos. Se usaban para fregar hornos, pulir cubiertos y limpiar sartenes de cobre. Se convirtió en un artículo esencial del hogar, principalmente porque era novedoso, emocionante y parecía funcionar”.

Un horno antes y después
Un horno antes y después de la limpieza (Adobe Stock)

El bicarbonato de sodio, al ser un producto ligeramente alcalino, ayuda a disolver la grasa ácida, el aceite, la comida quemada y el resto de manchas comunes del horno. Además, al no contener sustancias químicas agresivas, es un método seguro y su capacidad absorbente elimina los malos olores y deja el electrodoméstico completamente limpio. El proceso para realizar la limpieza con el bicarbonato de sodio, lo que puede ahorrar tiempo y esfuerzo, es el siguiente:

  • Retirar las rejillas del horno y otros elementos del interior. Podemos dejarlas en el fregadero lleno de agua caliente jabonosa para que queden en remojo y sean más fáciles de limpiar.
  • Preparar el horno limpiando suavemente la superficie con un paño húmedo para eliminar cualquier miga de comida que haya dentro.
  • Mezclar aproximadamente 120 gramos de bicarbonato de sodio o media taza con unas cucharadas de agua caliente para formar una pasta, lo suficientemente espesa para cubrir las manchas, pero sin que esté seca.
  • Con una esponja, esparcir la solución por todo el interior del horno, evitando siempre el elemento calefactor para que no se dañe.
  • Dejar reposar el bicarbonato de sodio durante algunas horas o incluso en la noche, para que haya más tiempo para que el producto actúe.
  • Tras este tiempo, utilizar un paño húmedo para limpiar el bicarbonato de sodio seco. Las manchas deberían desaparecer fácilmente, pero, si persisten, dejarlo actuar algunas horas más o añadir unas gotas de vinagre blanco, que provoca una reacción burbujeante que ayuda a eliminar la suciedad persistente.
  • Dar una última limpieza al horno para eliminar los restos de bicarbonato y volver a colocar las rejillas.