
Puede que limpiar el horno sea una de las tareas del hogar que más pereza nos den. Las manchas de grasa y los restos de comida quemada pueden ser difíciles de eliminar, y frotar durante horas no es plan ideal para nadie. Sin embargo, higienizar este electrodoméstico es más sencillo de lo que parece, sólo hace falta dar un el ingrediente perfecto, utilizado desde tiempos victorianos; el bicarbonato de sodio. Este limpiador natural, además de ser eficaz, es perfecto para quienes quieren evitar los productos químicos agresivos.
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El bicarbonato de sodio, un limpiador histórico
Durante la época victoriana, las amas de casa descubrieron rápidamente los beneficios del bicarbonato de sodio, más allá de los usos en la cocina, y pasó a convertirse en el aliado perfecto para la limpieza. Tal y como explica el Museo Viviente de Weald & Downland y recoge el diario británico Daily Express, este producto se utilizaba para fregar hornos, pulir cubiertos y limpiar sartenes de cobre.
Este artículo no sólo es económico, sino que también tiene propiedades únicas que lo convierten en un aliado perfecto en la limpieza del hogar. Al ser ligeramente alcalino, el bicarbonato puede disolver la grasa ácida y el aceite, disolviendo fácilmente las manchas persistentes sin necesidad de frotar. Además, es abrasivo de manera suave, lo que significa que puede eliminar los surcos más difíciles sin rayar las superficies delicadas del horno.
Cómo limpiar el horno con bicarbonato de sodio
Para aprovechar todos los beneficios del bicarbonato de sodio para la limpieza del horno, basta con seguir estos sencillos pasos:
- Preparación: antes de comenzar, retira las rejillas y otros elementos del interior del horno. Colócalos en el fregadero con agua caliente y jabón para dejarlos en remojo mientras limpias el interior del electrodoméstico.
- Limpieza preliminar: con un paño húmedo, limpia suavemente las superficies del horno para eliminar cualquier miga o partícula de comida.
- Preparación de la pasta de bicarbonato: mezcla aproximadamente 120 gramos de bicarbonato de sodio con unas cucharadas de agua caliente. La idea es conseguir una pasta espesa, con una consistencia similar a la masa de pastel. Este mejunje será la clave para eliminar las manchas de grasa y los restos de comida.
- Aplicación de la pasta: usa tus manos o una esponja para extender la pasta de bicarbonato por todo el interior del horno, evitando los elementos calefactores. Asegúrate de cubrir bien las manchas de grasa y los restos de comida quemada.
- Dejar actuar: para obtener mejores resultados, deja que la pasta de bicarbonato repose durante unas horas. Si es posible, deja que actúe durante la noche. Este tiempo permitirá que el bicarbonato descomponga las manchas más difíciles sin que tengas que hacer ningún esfuerzo.
- Retirar la pasta: utiliza un paño húmedo para limpiar el bicarbonato de sodio seco. Verás cómo las manchas desaparecen con facilidad.
- Eliminar residuos persistentes: si algún surco se resiste, ouedes añadir unas gotas de vinagre blanco sobre el bicarbonato. Al mezclarse, el vinagre y el bicarbonato generan una reacción burbujeante que ayudará a eliminar los restos más difíciles.
- Toque final: da una última pasada al horno para retirar cualquier residuo de bicarbonato. Una vez limpio, vuelve a colocar las rejillas, asegurándote de que estén completamente secas antes de volver a encenderlo.
Otros beneficios del bicarbonato de sodio
Este producto no sólo es eficaz para eliminar grasa y manchas, sino que también es muy absorbente, lo que ayuda a acabar los malos olores del horno, dejando un aroma fresco y limpio. A diferencia de muchos productos de limpieza comerciales, el bicarbonato de sodio no contiene sustancias tóxicas, lo que lo convierte en una opción segura, especialmente en cocinas donde se preparan alimentos.