España es un destino que atrae cada año a más de 90 millones de turistas. De hecho, durante el 2024, nuestro país fue el destino más visitado en todo el mundo, con un total de 93.759.297 personas que viajaron a España en el pasado año. Entre sus principales atracciones, el clima, los destinos costeros, la fiesta y la gastronomía son algunas de las razones por las que muchos extranjeros se vuelven locos por viajar a España y pasar unas vacaciones de ensueño.
Quizá, uno de los motivos por los que nuestro país es un destino tan reclamado y con tanto éxito en el turismo, batiendo récords cada año, es porque las personas que visitan España desde otros países del mundo, llegan buscando lo que en su país no pueden tener o, en todo caso, es muy diferente. En definitiva, sobre todo en el caso de los turistas del centro y norte de Europa, España es un destino ideal para ellos porque aquí pueden descubrir una cultura bastante diferente a la que hay en sus respectivos países.
Los jamones en los supermercados
La cultura de un país abarca muchísimos aspectos de la vida de las personas en el lugar al que se refiere. Es bien sabido que los españoles se caracterizan por su forma de ser dicharachera, el cachondeo y el buen ambiente. Sin embargo, uno de los elementos culturales que más desmarcan a España de otros países europeos es la gastronomía. La cocina mediterránea y los platos típicos españoles son uno de los rasgos más propios de la cultura de España, tanto de forma interna como de la imagen que se tiene del país en otros lugares. Los extranjeros que visitan España disfrutan probando comidas típicas como la paella, la tortilla de patatas, las croquetas o un buen plato de jamón ibérico.
Harry Tokky es un británico que reside en España y, en uno de sus vídeos de TikTok, ha mostrado su indignación cuando ha visto cómo se trata este embutido en los supermercados, antes de venderlo. Al hacer la compra en un Mercadona, se ha topado con la sección de charcutería, en la que quedan expuestas las patas de jamón colgadas: “Encuentro esto realmente repugnante en mi opinión“, expresa el británico, que explica que, en España, se tienen las patas de jamón ”literalmente colgadas de la pared": “No sé cómo lo hacen”.
Además, Harry observa que, además, en el mostrador hay siempre un jamón colocado para que el charcutero vaya cortando a mano las lonchas en el momento, y las prepare para vender. “¿Es higiénico al menos", se pregunta el británico, que no se explica por qué las patas de jamón tienen “ese color”. Parece que el color de la corteza de las patas de jamón, que es el resultado de la curación, le resulta muy desagradable a Harry, que luego trata de justificarse: " Sé que eso es algo muy típico en España pero, desde mi opinión, me parece muy desagradable. No lo estoy odiando", explica el británico, que también se ve muy sorprendido por el precio de los jamones.
