
La vuelta a casa con un recién nacido es el trayecto más feliz y a la par más terrorífico que hacen muchos padres, pues deben dejar la seguridad y el monitoreo constante del hospital a la calma del hogar, que puede o no estar preparado para recibir al pequeño o la pequeña. Durante las primeras semanas y los primeros meses de vida, es normal que los progenitores, especialmente los primerizos, sientan que tienen un gran desconocimiento sobre la salud del bebé y puedan exagerar algunos comportamientos o ignorar señales sutiles que marcan que el menor está en peligro
Para salir de confusiones, el Clínic de Barcelona ha elaborado una guía para que los padres conozcan las señales de alerta que, de presentarse en la primera semana de vida, pueden indicar un problema grave de salud.
Alimentación

En sus primeros días, es esencial para el desarrollo del recién nacido mantener una buena alimentación. Pero el bebé puede padecer vómitos persistentes o rechazar el pecho o el biberón de forma constante. Si esto ocurre, hay que alarmarse, pues el menor puede tener alguna dificultad en la lactancia o la digestión y es necesario que lo evalúe un profesional. En estos casos, una visita a Urgencias está más que justificada.
Alteraciones en el sueño o estado de ánimo
Hay señales en el comportamiento del bebé que también pueden ser una señal de alerta para los padres. Si el pequeño está muy irritable y llora de forma inconsolable, podría estar manifestando algún problema. También puede ser peligroso en el caso contrario, es decir, cuando el menor duerme largos periodos de tiempo, se muestra adormecido de forma constante y no responde bien a los estímulos, en especial si tiene dificultades para despertarse a la hora de la comida.
Cambios en la piel
Durante sus primeros días de vida, es posible que haya cambios en la coloración de la piel. Estos pueden ser normales o indicar que hay un problema grave que atender.
Si ves que el pequeño presenta un color amarillento en la piel y en los ojos, puede ser un caso de icericia neonatal, es decir, que tiene un alto nivel de bilirrubina en sangre. Pero si se intensifica o aparece en las primeras 24 horas de vida, puede ser un signo de peligro.
Asimismo, un tono azulado en los labios, cara y extremidades puede significar problemas de oxigenación o circulación. Por otro lado, una piel pálida o grisácea puede surgir en casos de infección o anemia. Ante cualquiera de estos casos, es necesario consultar con un profesional de la salud, según el Clínic.
Fiebre

La fiebre no es buena señal ni en grandes ni en pequeños. Pero es especialmente peligrosa entre los recién nacidos. Por ello, debe vigilarse con atención y si el pequeño presenta una temperatura de más de 38º C, o de 37,5º C durante más de cuatro horas, pese a haber tomado medidas como quitarle la ropa o colocarlo en un ambiente fresco, habrá que acudor a urgencias.
El cordón umbilical
En los primeros días de vida, el cordón umbilical debe caerse y secarse de forma natural. Sin embargo, pueden surgir infecciones en la zona, por lo que hay que vigilar si aparecen rojeces, inflamación o supuración maloliente.
Un pañal seco
La fata de deposiciones o micciones también es un motivo para preocuparse. La falta de orina puede indicar deshidratación, una ingesta inadecuada o problemas en el sistema urinario. En cambio, la ausencia de deposiciones podría deberse a una alteración del tránsito intestinal.
Será necesario acudir al especialista si el bebé no hace caca en cuatro días o si no hace pis en un periodo de entre 12 y 24 horas.