
Cuando éramos pequeños (e incluso de adultos) nos preguntamos en más de una ocasión por qué los aviones no cuentan con un paracaídas debajo del asiento de cada pasajero. A nuestro parecer, el razonamiento es bastante lógico: en el momento en el que se sepa que el avión va a caer, los tripulantes cogerían este utensilio y así salvarían sus vidas. Pues bien, este pensamiento es erróneo.
Por qué los aviones no llevan paracaídas
El ingeniero aeroespacial Sergio Hidalgo ha explicado en el pódcast de Jordi Wild la razón por la que los aviones no llevan paracaídas. Según ha detallado el experto, es algo imposible, “primero porque no se puede abrir la puerta”. Estas cuentan con un cierre hermético y la presión de la cabina las mantiene cerradas. El profesional ha comentado que sólo se podrían abrir “a diez mil pies”, pero ha añadido que a esa altura “ya no te da tiempo a salir si el avión se está cayendo”.
Asimismo, ha apuntado que si este medio de transporte se va a estrellar, “la gente de dentro a lo mejor está flotando”, por lo que sería imposible que cogieran su propio paracaídas y se tiraran. Además, ha instado a los oyentes a imaginar lo que ocurre cuando es necesario hacer un aterrizaje de emergencia: los pasajeros tienen que salir por una rampa y tardan varios minutos en salir. “Imagínate si tienes que saltar del avión, es una cosa de locos”, ha añadido.
Aun así, Hidalgo ha mencionado que sí que existen paracaídas para los aviones, pero para los que son “muy pequeños”, como de cinco personas. Ha afirmado que con eso “se han salvado muchas vidas”. “Si te vas a aviones más grandes, no tiene sentido el tema del paracaídas porque tendrías que hacer una estructura tan resistente y un paracaídas tan resistente que todo el peso que le puedes meter al avión sería al paracaídas”, ha agregado.
Cuál es el asiento más seguro del avión
Jordi Wild le ha preguntado al ingeniero si hay “algún asiento o alguna silla más recomendable para sobrevivir” en el caso de que hubiera un accidente. El experto ha contado que se han hecho estudios “estrellando aviones con maniquís y llenándolos de sensores” para saber cuál era la zona más segura y que se ha llegado a la conclusión de que es la parte trasera porque la delantera es “la que primero se estrella”.
¿Puede una turbulencia derribar un avión?
Otra de las cuestiones populares que le ha realizado el presentador es si una turbulencia puede derribar un avión. A lo que él ha respondido que es “absolutamente imposible”. A pesar de que ha admitido que él se caga, ha asegurado que “no pasa nada”. Esto se debe a que los aviones están “sobredimensionados a un nivel muy heavy”. Las alas son muy resistentes y es “una locura” lo que pueden llegar a doblarse.
Ha detallado que como el aire no está en reposo en la atmósfera, sino “en movimiento”, cuando estamos volando y el aire viene, por ejemplo, desde abajo, es cuando se produce la turbulencia. En ese momento, la fuerza de las alas cambia y provoca que el avión “suba y baje”.