El pueblo gitano cumple 600 años en España en lucha por eliminar el racismo y la discriminación: “Me echaron del trabajo por ser gitana”

Desde la Fundación Secretariado Gitano recuerdan que aún siguen arrastrando brechas de desigualdad en ámbitos como la educación o la vivienda y destacan la importancia de que la ley castigue el antigitanismo como delito de odio

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Noemí González es propietaria de
Noemí González es propietaria de una academia de peluquería y estética. (Cedida a Infobae)

Para Noemí González, una joven gitana de 32 años, es raro el día que no se topa con una actitud racista o comentario discriminatorio hacia su comunidad. Sabe perfectamente cómo los prejuicios y estereotipos aún bien presentes en la sociedad pueden condicionar su vida, pues hace unos años “fue despedida de su trabajo por el hecho de ser gitana”, y a diario sigue siendo testigo de todo tipo de manifestaciones racistas, ya sea en un bar, en su propio emprendimiento o en el colegio de sus hijos. Y es que a pesar de que este 2025 se cumplen 600 años de la llegada del pueblo gitano a España, el antigitanismo sigue siendo una de las formas de racismo más persistentes.

“Estuve trabajando en una empresa dos años sin decir que era gitana porque ya había escuchado comentarios racistas por parte de los jefes, pero un día se enteraron y su actitud, que hasta entonces había sido muy buena conmigo, empezó a cambiar”, cuenta a Infobae España Noemí. A partir de ahí, los jefes comenzaron a “hacerle el vacío” con detalles como no invitarle a la cena de Navidad, al tiempo que la criticaban por ser “tan joven y tener ya dos hijos”. Hasta que un día la acusaron de robar dinero “porque faltaban dos euros” en la caja y, a pesar de no tener ninguna prueba, la despidieron.

Aunque Noemí ganó el caso ante la justicia, todo ese proceso le generó “un trauma” que ha sido difícil de olvidar. “Fue muy doloroso porque no entendía por qué me había pasado eso sin dar motivo ninguno. Además, al empezar un proceso judicial, te ves suspendida de sueldo y sin poder cobrar el paro, así que no fue nada fácil estar en esa situación”, recuerda ahora.

En 2019, tres años después de aquel episodio, numerosas sesiones de terapia y empezar “con mucho esfuerzo” una nueva formación, la joven decidió emprender su propio negocio en Madrid, K Uñas K Pelos, una academia de peluquería y estética. Y aunque asegura que aquí también escucha comentarios racistas de alguna clienta, que “molestan pero ya no duelen”, por lo general su negocio “solo le ha dado alegrías”. “Gracias a esto he podido hacer lo que siempre quería, comprarme mi propia casa y ver crecer a mi familia. Además, estoy muy contenta porque a día de hoy somos una plantilla de cuatro personas”. Y a quien hace esa clase de comentarios, añade, “trata de mostrarle que el racismo viene del desconocimiento”.

La directora general de la
La directora general de la Fundación del Secretariado Gitano, Sara Giménez. (Fernando Sánchez / Europa Press)

Educar desde las aulas para combatir el antigitanismo

El día a día de Noemí es tan solo un ejemplo de las situaciones que a menudo sufre la comunidad gitana en España, a pesar de los avances y la lucha contra el racismo. Por eso destaca la importancia de la educación en las aulas para combatir el antigitanismo y de que la historia de este pueblo esté presente en los libros de texto. De hecho, también para el pueblo gitano el gran reto es la educación, pues el 63% del alumnado no finaliza sus estudios frente al 4% de los estudiantes en general.

También advierte del daño que hacen algunos programas televisivos como Los Gipsy Kings porque, a su juicio, muestran una parte de la cultura gitana que “no es general, pero todo el mundo se cree que es así”. “En los últimos años ha habido una sobreinformación de la cultura gitana errónea y creo que va a peor”, asegura la emprendedora.

El pueblo gitano pide, desde hace años, que se elimine el nombre del Marqués de la Ensenada, quien llevó a cabo la Gran Redada. Además, reclaman también que se incluya en los libros de texto el Samudaripen o Porrajeos

Seis siglos desde su llegada a España

El pasado mes de enero el Gobierno declaró 2025 como Año del Pueblo Gitano para conmemorar el 600 aniversario de su llegada a España y se aprobó una declaración institucional que recalca “la exclusión, la persecución y la discriminación” que sufre y ha sufrido el pueblo gitano en el país, pero también “la huella cultural, social y lingüística” que ha aportado.

Se trata de una fecha “de gran relevancia”, explica a este periódico Sara Giménez, presidenta de la Fundación Secretariado Gitano, pues supone un punto de partida para “hacer reflexionar sobre la importancia de la contribución, de las aportaciones, del conocimiento, de la historia y la cultura del pueblo gitano”, porque sin duda “sigue siendo un pueblo desconocido”. También es una fecha relevante, añade, para “aunar una visión de convivencia” y recordar los retos que aún quedan pendientes para lograr la igualdad real de esta comunidad.

Giménez recuerda que el pueblo gitano aún arrastra brechas de desigualdad “en el ámbito educativo, en la vivienda, en el empleo y en numerosos espacios del desarrollo de su vida”, además de la discriminación, que principalmente “se debe a ese desconocimiento del propio pueblo”.

Para terminar con esos estereotipos, considera fundamental tanto la sensibilización de la ciudadanía como que el Congreso aprobara en 2022 modificar el Código Penal para incluir el antigitanismo como delito de odio, si bien también es clave que “los actores jurídicos apliquen la legislación” cuando se produzcan hechos de este tipo. Desde la Fundación Secretariado Gitano también recuerdan al Gobierno la importancia de crear la Autoridad Independiente para la Igualdad de Trato y la no Discriminación, comprendida en la mencionada ley, y que tendría competencias como la asistencia a víctimas, investigación, mediación, ejercicio de acciones judiciales o emisión de dictámenes instando a las administraciones competentes a la imposición de sanciones.