
Las lluvias del mes de marzo no están dando un respiro a los españoles. Tras las borrascas Jana y Konrad, atraviesa el país Laurence, que ha dejado fuertes precipitaciones en distintos puntos de España. Esto ha supuesto una considerable mejora de la reserva hídrica de España, que ha alcanzado el 65,79 % de su capacidad (con una subida de casi cinco puntos en una semana), según publicó este martes el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO).
La acumulación de agua de las últimas semanas permite un horizonte nuevo para muchos de los territorios del país que se encontraban inmersos en una sequía de larga duración que obligaba a restricciones y cortes del suministro. Sin embargo, las fuertes lluvias también han dejado un buen número de incidencias, especialmente en Andalucía, donde durante la noche del lunes y la jornada del martes los desbordamientos e inundaciones obligaron a evacuar preventivamente a decenas hogares y a cortar carreteras intransitables.
De hecho, la cuenca hidrográfica del Guadalquivir, que ayer entró en nivel 1 de alerta, se encuentra al 50,35 % de su capacidad. La cuenca de Tinto, Odiel y Piedras ha ascendido hasta el 95 %. Con vistas a que las lluvias todavía no van a cesar en España, pues a partir del próximo jueves el país quedará bajo la influencia de la borrasca Martinho, los agricultores ponen el foco sobre las graves consecuencias que esto puede tener para sus cultivos.

Pérdida de cultivos y aumento del precio
Pese a los beneficios que la llegada de la lluvia tiene en el campo, especialmente en los territorios en los que la sequía hacía peligrar la producción, también está provocando serios daños en cultivos como las hortalizas o las fresas. Las organizaciones agrarias Asaja y COAG valoraron ayer esta cuestión, destacando que también se podrían ocasionar retrasos en la recolección y siembra.
Félix García de Leyaristy, director general de Asaja-Andalucía (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores), destacó en declaraciones a Europa Press que este aumento de las reservas de la región “hacía mucha falta” después de más de un lustro de déficit hídrico. Sin embargo, denunció que las precipitaciones no se han aprovechado del todo porque las administraciones no habían “hecho los deberes” para aumentar la capacidad de almacenamiento en Andalucía.
También explicó cuáles son los cultivos en los que la gran cantidad de agua puede provocar un mayor efecto negativo, como las patatas, que podrían pudrirse por estar “bajo el agua”. Presumiblemente habrá complicaciones en la recolección de los cítricos, la polinización de los almendros o la siembra de garbanzos, que se puede retrasar. Existe un fuerte riesgo de que los hongos se extiendan por el cereal, porque resulta complicado “entrar en los campos a hacer los tratamientos pertinentes a su debido tiempo”.

Estas consecuencias también afectarán al bolsillo de los consumidores, puesto que la oferta se reducirá por la pérdida de muchos cultivos y aumentará el precio de los productos. Es el caso de lo que ocurre con las producciones de fresa: “Están bajando mucho y subirán de precio aquellas que salgan adelante”, destaca el director de Asaja-Andalucía.
Campos andaluces anegados
Los efectos del temporal que ha azotado España con el encadenamiento de las tres borrascas de marzo están comenzando a ser notables en Andalucía. Eduardo López, secretario de COAG Andalucía (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), alertó a Europa Press de las pérdidas que ya se están ocasionando.
En Sevilla, mientras que los cultivos de secano como el girasol o el garbanzo “aún no se han podido sembrar”, los de invierno como los cereales están sufriendo enfermedades de hongos y asfixia de sus raíces por el exceso de agua. Además, en el Bajo Guadalquivir, “son muchos los cultivos que se van a perder, o se han perdido ya, como es el caso de los guisantes”; la recolección de las brásicas (coliflor, brócoli, repollo, grelo...), todavía no ha podido realizarse porque “ni la maquinaria ni los trabajadores pueden entrar en el campo sin atascarse”.
También en Almería, donde “los altos niveles de humedad” están afectando al brócoli, el pepino, el pimiento, la sandía o el melón, debido a “la proliferación de plagas y enfermedades”. En Huelva el cultivo de los frutos rojos se ha visto acusado por las fuertes lluvias, así como en Córdoba se han inundado cultivos de olivos, naranjos, cereales y hortícolas. En Cádiz, el encharcamiento de las parcelas y la probabilidad de que los pantanos empiecen a desembalsar puede agravar aún más la situación.
Eduardo López señala que por el momento las precipitaciones se están recibiendo “bien y sin daños” en Granada, aunque destaca que deben mantener la cautela. Lo mismo ocurre en Málaga, donde se han producido “inundaciones en determinadas zonas de cítricos cercanos al río Guadalhorce, pero estas no han afectado a un porcentaje alto de cultivos”; el cultivo de espárragos en Antequera “tampoco se está viendo perjudicado”.
Con vistas a las nuevas lluvias que llegarán a este y otros territorios del país, todavía los españoles miran al cielo esperando a que cesen las precipitaciones que han protagonizado las últimas semanas, especialmente para dar una tregua al campo español.
*Con información de Europa Press