
La presencia de moho en el interior de nuestros hogares puede convertirse en un auténtico problema. Este hongo, que desprende un olor desagradable y se vuelve de distintos colores, puede provocar problemas de salud como infecciones respiratorias, asma, disnea o alergias. Es por este motivo por el que conviene eliminar las manchas cuanto antes.
Sin embargo, esta tarea no suele ser sencilla, puesto que los métodos utilizados a veces se convierte en una mera solución a corto plazo y el moho vuelve a proliferar al tiempo. Son múltiples las causas que pueden provocar que crezca este hongo: la humedad, por lo que suele aparecer en baños o cocinas; la condensación, que favorece la formación de gotas de agua en rincones y paredes; las filtraciones de agua en tuberías o provenientes del exterior, o la mala ventilación, puesto que en invierno es frecuente que no se abran las ventanas de nuestro hogares con tanta frecuencia.
Una manera de prevenir la aparición de moho es precisamente controlar que estas condiciones no se produzcan, ventilando correctamente las estancias de nuestra casa y arreglando las posibles filtraciones existentes. También es importante evitar algunos trucos que prometen eliminar el problema, pero que pueden llegar a agravarlo, como cepillar en seco la superficie afectada. Esto libera las esporas del hongo, por lo que se favorece su reproducción y acabaría siendo peor el remedio que la enfermedad.
Trucos para eliminar el moho
Muchas personas optan por soluciones rápidas como pintar la pared en la que se observa el moho. Sin embargo, esto no es efectivo a largo plazo y el hongo puede volver a aparecer y seguir extendiéndose. La empresa española Humexpert, que cuenta con una dilatada experiencia en el campo de la eliminación de humedades, incluye en su páginas web una serie de consejos para quitar el moho de las paredes y las esquinas:
- Lejía o lavandina: un método que puede ser eficaz para combatir este hongo es diluir en agua un poco de esta sustancia (1 parte de lejía o lavandina por 3 o 4 de agua). Después de colocarlo en un pulverizador, lo aplicamos en las zonas afectadas, cepillamos y enjuagamos abundantemente con agua limpia. Para llevar a cabo este proceso, que a veces debe repetirse varias veces, es muy importante cubrir las manos y la cara por las esporas que se expanden por el ambiente y mantener el área ventilada.
- Vinagre blanco: al igual que con el truco anterior, incluimos vinagre blanco en un pulverizador y lo aplicamos sobre la pared en la que hay moho. Después de dejarlo actuar durante una hora, ya se puede enjuagar abundantemente con agua.
- Agua oxigenada: con ayuda de un pulverizador, lo esparcimos por la zona afectada y dejamos que se seque por 10 minutos. Después, retiramos los restos de moho con un paño seco. El agua oxigenada también puede mezclarse con líquido de lavavajillas.
- Bicarbonato de sodio: diluimos una cucharada de bicarbonato en medio litro de agua y con un pulverizador lo esparcimos. Para eliminar por completo el moho debemos frotar bien la zona con una esponja o cepillo y enjuagar correctamente. A veces es necesario que se repita el proceso.
Todas estas técnicas son bastante económicas y emplean productos que normalmente se encuentran en casa. Sin embargo, si el problema persiste es posible que se tenga que contar con la ayuda de un profesional, que utilizará los procedimientos más avanzados para eliminar por completo las manchas de moho y humedades del hogar.