
La búsqueda del amor, con sus altibajos, protagonizó una nueva cita en el restaurante de First Dates, donde Michele y Marina, se conocieron. Ambos llegaron con la esperanza de encontrar una relación estable, pero la velada terminó de una forma inesperada para él. Y es que Michele, un italiano de 41 años, estaba convencido de que la cita iba por buen camino. Sin embargo, Marina dejó más que claro desde el principio que no compartía la misma visión, no solo por su estilo de vida, sino por su experiencia con otros italianos.
Marina, de 35 años, una comercial valenciana con aficiones como la escalada, el barranquismo y el gimnasio, confesó a Carlos Sobera, el presentador del programa, que busca una relación “sana y normal”. La soltera aseguró que, debido a su estilo de vida, no tiene tiempo para encontrar pareja y que el mundo de la noche o en internet, donde las conexiones parecen ser más fugaces, no le resulta adecuado: “La gente en redes busca relaciones de cortos periodos de tiempo y eso no es lo que busco”. De forma directa, manifestó su deseo de tener una pareja estable, pero sin necesidad de casarse, aunque sí con la intención de ser madre en algún momento.
Por su parte, Michele, jefe de cocina, llegó al programa buscando algo “más ligero”, definiendo sus intenciones de una manera peculiar: “Quiero sexo desde el cariño”. Hasta el momento, el italiano había mantenido relaciones muy efímeras basadas en el sexo y el intercambio de parejas. Aunque nada más llegar, los dos tuvieron una conexión evidente, ella se disuadió de las risas y las bromas cuando vio de dónde era: “He estado con otros italianos y te persuaden para luego dejarte”.
“Me derrito, eres perfecta y me gustas mucho”

A pesar de haber pasado una cita muy agradable, Uno de los momentos más desconcertantes para Marina fue cuando Michele le dijo: “Cuando quieras empezamos a tenerlos”, en referencia a los hijos. La soltera, quien había dejado claro que no buscaba algo precipitado, se sintió incómoda con esta actitud y comenzó a desconfiar de las intenciones del italiano. En su intento de suavizar sus palabras, Michele explicó que, a lo largo de su vida, ha aprendido a “asentar la cabeza”, dejando atrás su comportamiento más impulsivo. Sin embargo, las inseguridades de Marina no desaparecieron y continuó cuestionando su sinceridad, especialmente después de que él le hablara de sus relaciones anteriores: “No paso de los tres años, me gusta vivir a tope de sentimiento”.
A pesar de las dudas, la conversación siguió en tono relajado, y el famoso juego de cartas de First Dates llegó a la mesa de los solteros. La pregunta sobre cuántas veces Michele había tenido sexo en una noche dejó a Marina atónita cuando él respondió: “Ocho”. Cuando la soltera, visiblemente sorprendida, le preguntó si había tenido relaciones con varias mujeres en una sola noche, el italiano no dudó en ser directo, admitiendo que en ocasiones se ha ido con hasta 15 personas en un solo día, al ir con algunas de sus amigas a clubs de intercambio de pareja. A pesar de que en un principio parecía orgulloso de su experiencia, rápidamente intentó suavizar su comentario al asegurar que, después de todo, estaba “saciado” y que ahora busca algo diferente: “Necesito a alguien como tú, no todo me vale”.

Pese a sus intentos de recalcular la situación, la conversación continuó por derroteros complicados cuando Michele, con tono juguetón, comentó: “Quiero casarme contigo... o si tienes alguna amiguita para mí...”. La reacción de Marina fue clara: “Este chico merece un next”. La soltera expresó que, aunque apreciaba la atención de Michele, no veía una conexión genuina entre ellos y no compartía sus valores. “No es el tipo de persona que yo estoy buscando”, sentenció. Para ella, los comentarios de Michele eran demasiado superficiales y carecían de la profundidad que ella deseaba en una pareja.
Finalmente, llegó el momento crucial: la decisión final. Mientras Michele estaba convencido de que la cita había ido bien, Marina fue tajante en su respuesta. De este modo, el italiano intentó hacer una última declaración, afirmando: “Yo estoy encantado de la vida, me derrito, eres perfecta y me gustas mucho. Yo tendría una segunda cita porque me parece una tía genial, fina, sensible y tiene un puntito de diabla”, Marina no dudó en rechazarlo. La soltera explicó que los comentarios de Michele no le gustaron en absoluto. Y es que, “no ha parado de decirme lo perfecta que soy y yo lo que necesito es algo más profundo, le veo superficial”. Además, “ha habido comentarios que no me han gustado”, le ha explicado a él; por lo que no ve una posible relación estable entre ambos.