
Hace poco más de una semana del asesinato de María Belén Cortés Flor, una educadora social de 35 años en la ciudad de Badajoz, a mano de tres menores (14, 15 y 17 años) que posteriormente huyeron con su coche.
Ahora, el menor de 15 años ha sido acusado de intentar agredir a una cuidadora en el Centro Marcelo Nessi, ubicado en la misma ciudad. El joven fue trasladado a este centro por orden judicial y a petición de la Fiscalía
El incidente tuvo lugar este fin de semana, coincidiendo con un motín en el centro de internamiento. Según las fuentes del caso, el menor habría tratado de golpear a la educadora, aunque la agresión no llegó a finalizarse gracias a la intervención de un vigilante de seguridad, que logró reducir al menor.
Aunque la cuidadora no sufrió daños físicos ni lesiones, actualmente se encuentra afectada anímicamente por lo sucedido. “Estamos solicitando que se refuerce la seguridad del centro”, ha explicado Miguel Ángel González, portavoz del sindicato USO (Unión Sindical Obrera).
Los educadores sociales están cansados
Los trabajadores sociales, y en particular, los educadores sociales, están cansados de sus condiciones laborales, caracterizadas por salarios bajos, contratos precarios y amenazas constantes. La reciente muerte de María Belén ha desatado una ola de indignación en el sector, que en los días 13 y 14 marzo organizaron varias concentraciones en diferentes puntos del país.
Así, varias compañeras han iniciado una recogida de firmas para exigir “más medios y más seguridad”. Una iniciativa que ha recogido más de cien mil firmas y que ya ha sido presentada en el Ministerio del Interior.
En declaraciones a este diario, Esther, con años de experiencia en centros de menores, relata un panorama desolador: “Agresiones, miles. Trabajé en un centro de menores de la Comunidad de Madrid, gestionado por la Fundación Antonio Moreno, en el que por las noches éramos seis profesionales para 50-60 menores. Durante el día siempre había menos personas porque decían no conseguir personal”.
“El primer día de trabajo me amenazaron con un cuchillo. Con el tiempo, perdí la cuenta de las agresiones físicas que he recibido. Pero lo peor es que a nadie parece preocuparle nuestra seguridad. Nos mandan a la trinchera sin protección, como si fuera parte del trabajo”. Este es uno de los testimonios recogidos por Infobae España a través de la plataforma Eduso TV, un servicio de los colectivos de Educadores Sociales.