Recibe un disparo en la pierna jugando con sus amigos, que esconden el arma e inventan una historia falsa para encubrirlo: sus padres tendrán que prestar declaración

Un niño de 14 años francés dispara por accidente a su amigo y este debe ser trasladado al hospital

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Unos adolescentes franceses disparan a
Unos adolescentes franceses disparan a su amigo por accidente con un fusil de perdigones (Pexels)

Poner un rifle en las manos de un niño nunca es buena idea. Raro será que alguien no esté de acuerdo: pueden pasar muchas cosas, y difícilmente serán buenas: en el mejor de los casos, podría meterse un tiro en el pie; y en el peor podría tener un accidente, mientras lo limpia, que acabe con la vida de su hermano. Cualquiera diría que es de sentido común: un niño no debería tener libre acceso a un arma, sea blanca o de fuego, de balines o de pólvora, sin la supervisión de un adulto conocedor en todo momento.

Un caso reciente pone en evidencia el peligro que puede llegar a suponer un niño armado: un chico de 14 años de Castelsarrasin, en Tarn-et-Garonne (Francia) tuvo que ser trasladado a urgencias este domingo por una herida de fusil (aunque por suerte era de perdigones) en la pierna. El adolescente y dos de sus amigos habían estado jugando con el arma (palabras que nunca deberían aparecer juntas) cuando ocurrió el accidente, que provocó que el niño que fue alcanzado por el disparo se desplomase, sangrando.

El adolescente herido fue trasladado al hospital de Moissac, por suerte sin heridas graves. Pero, en un primer momento, los chavales trataron de ocultar el suceso inventándose una versión que no implicase su responsabilidad, según ha informado el medio francés La Dépêche. No les sirvió de mucho: la policía confiscó el arma y sus padres fueron “invitados” a comisaría para prestar declaración.

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Las heridas sufridas por un hombre en Venezuela al ser disparado con perdigones

Jugar con armas no es buena idea

Lo primero que hicieron fue esconder el arma detrás de un granero. Pensarían que si estaba detrás de un edificio la policía no lo encontraría nunca: la versión que contaron inicialmente era que el rifle - de 4,5 milímetros y con mira telescópica, recién comprado - se les resbaló de las manos y se disparó solo. Pero la policía supo, en cuanto lo encontró y confiscó, que no podía ser cierto.

Lo que sí debe ser cierto es que fue accidental, pero debido a un mal manejo del arma y a una falta de conocimiento - o atención - sobre la normativa o etiqueta del manejo seguro de armas de fuego. La versión oficial pasó a ser la verdadera: los tres amigos se divertían con el arma cuando apretarían el gatillo accidentalmente, produciendo un disparo que alojó un perdigón en la pierna de uno de ellos, hiriéndole. Una lesión menor, por suerte para todos los implicados, pero provocada por una situación lo suficientemente seria como para ser investigada.

Al final, de momento se ha quedado en susto: la vida del adolescente no corre peligro, pero aún está por ver si tendrá consecuencias legales para los padres de los implicados o para ellos mismos. Al menos en España, el reglamento de armas agrupa las de aire comprimido como categoría 4, y no pueden ser utilizadas por menores de 14 años, deben estar identificadas en el ayuntamiento correspondiente, y deben ser utilizadas siempre bajo condiciones de seguridad tanto para el usuario que las utiliza como para el resto de los ciudadanos.