
España es el país con más hombres calvos del mundo, con un 44,5% de la población masculina afectada por la alopecia. Son los datos que recoge la clínica Medihair en un estudio publicado a finales de 2023 y que demuestran un fenómeno que afecta a millones de personas, no solo varones, en nuestro país y en todo el mundo.
Uno de los principales factores que contribuyen a la caída del pelo es la predisposición genética, donde los antecedentes familiares juegan un papel crucial. La alopecia androgenética, también conocida como calvicie de patrón masculino o femenino, es hereditaria y suele manifestarse por la sensibilidad heredada a las hormonas sexuales masculinas o andrógenos, que afectan los folículos pilosos. Este tipo de alopecia puede comenzar en la adolescencia o en la adultez temprana, causando adelgazamiento progresivo del cabello.
Los cambios hormonales también desempeñan un papel significativo en la salud capilar, asegura la Clínica Mayo. Durante el embarazo, por ejemplo, muchas mujeres experimentan un incremento en el volumen y la densidad del cabello debido a fluctuaciones hormonales. Sin embargo, tras el parto, es común experimentar una caída repentina del cabello debido a la normalización de los niveles hormonales. Del mismo modo, algunas condiciones como el hipotiroidismo o el síndrome de ovario poliquístico pueden alterar el equilibrio hormonal y contribuir a la pérdida de cabello.
El uso de ciertos medicamentos también puede desencadenar alopecia como efecto secundario. Algunos tratamientos para el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia dirigida a la cabeza, interfieren con el crecimiento celular, afectando tanto a las células cancerosas como a las sanas, incluidas las que producen cabello. Este efecto suele ser temporal, ya que el cabello puede volver a crecer una vez finalizado el tratamiento, aunque a veces con cambios en la textura o el color.
La Clínica Mayo explica que el estrés emocional y físico también se ha vinculado con la pérdida de cabello. Algunas situaciones de estrés intenso pueden desencadenar un trastorno conocido como efluvio telógeno, donde un número significativo de cabellos pasa prematuramente de la fase de crecimiento a la fase de reposo y caída. Este tipo de alopecia es reversible en la mayoría de los casos si se tratan adecuadamente los niveles de estrés y se adoptan técnicas de gestión emocional.
Incluso ciertos peinados y prácticas de cuidado del cabello pueden contribuir a la alopecia. El uso frecuente de peinados que tiran del pelo con fuerza, como colas de caballo apretadas o trenzas, puede provocar una pérdida gradual debido a la tracción constante sobre los folículos pilosos. Este tipo de alopecia, conocida como alopecia por tracción, es más común en personas que mantienen estos estilos de forma prolongada y puede evitarse mediante la alternancia con peinados menos tirantes y el cuidado adecuado del cabello.
Cómo prevenir la caída del cabello
La mayoría de los casos de calvicie tienen un origen genético, específicamente la calvicie de patrón masculino y femenino. Este tipo de pérdida de cabello no se puede prevenir, ya que está determinada por factores hereditarios que afectan el ciclo de crecimiento del cabello. Aunque no es posible evitar la alopecia genética, existen algunas prácticas que pueden ayudar a reducir otros tipos de caída del cabello.
Para cuidar tu cabello, es importante tratarlo con suavidad. Usa un desenredante y un peine de dientes anchos para evitar tirones, especialmente cuando el cabello está mojado, ya que es más frágil. También se recomienda evitar tratamientos agresivos como los rizadores calientes, las planchas, los tratamientos con aceite caliente y las permanentes. Además, es aconsejable limitar los peinados que ejercen tensión sobre el cabello, como las trenzas apretadas, las colas de caballo o el uso de bandas elásticas y hebillas, ya que pueden debilitar los folículos pilosos con el tiempo.