La vida personal del compositor Manuel Alejandro: el accidente que marcó su destino y una trágica pérdida

El conocido compositor volverá a sentarse junto a Pablo Motos en ‘El Hormiguero’

Guardar
El compositor Manuel Alejandro en
El compositor Manuel Alejandro en el Teatro Real (Jesús Hellín / Europa Press)

Considerado uno de los compositores españoles más importantes del siglo XX y un referente en la música de habla hispana, Manuel Álvarez-Beigbeder Pérez, conocido popularmente como Manuel Alejandro (20 de febrero de 1932), volverá a reencontrarse con Pablo Motos la noche de este martes, 18 de marzo, en El Hormiguero, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes que visitará el plató de las hormigas esta semana.

A sus 93 años, el de Jerez de la Frontera cuenta con un gran bagaje profesional —seis décadas dedicadas a la música— y es el autor de algunos de los temas más icónicos de la historia. Con más de 600 canciones en su haber, singles como Yo soy aquel, interpretado por Raphael, Se nos rompió el amor, de Rocío Jurado, Es el viento, de Nino Bravo, Manuela, de Julio Iglesias, Dueño de Nada, de José Luis Rodríguez ‘El Puma’, Si te perdiera, de Luis Miguel o Y ya te quería, de Alejandro Sanz, son obras que forman parte de su repertorio.

El accidente que cambió para siempre el destino de Manuel Alejandro

La vida de Manuel Alejandro siempre ha estado ligada a la música, pues su padre era el compositor Germán Álvarez Beigbeder. Desde temprana edad, el compositor supo que su deseo era dar conciertos de piano. Así, a los 16 años ya interpretaba a algunos de los artistas más trascendentales de la música clásica. Sin embargo, un accidente viento un partido de fútbol del Mundial de 1950, le hizo cambiar el rumbo de su vida, lo que le llevó a volcarse por completo en la composición.

El compositor Manuel Alejandro durante
El compositor Manuel Alejandro durante el acto de entrega de Medallas de Andalucía 2022 en el Teatro de la Maestranza, a 28 de febrero de 2022 en Sevilla (Andalucía, España) (Leandro Wassaul / Europa Press)

Manuel sufrió una lesión en el brazo derecho que le llevo a pasar hasta cinco veces por quirófano. Aquel incidente le dejó importantes secuelas en la movilidad. Así, abandonó su sueño de dedicarse a la música clásica para dar pie a otras facetas, como arreglista, directo de orquesta, productor y cantante solista. En los años 60, alcanzó una gran fama y popularidad en su carrera profesional. Tanto es así que llegó a ganar el Festival Internacional de la Canción de Benidorm con Ese día llegará, interpretada por Mirla Castellanos, y el Festival de la Onda Nueva con Fango, también entonada por la ya mencionada artista.

Su caché fue tal que numerosos artistas querían contar con su trabajo. Pese a que el jerezano consiguió laborar con conocidos artistas de la industria musical, su trampolín al éxito fue Emmanuel, cuyos dos discos creados por el compositor, Íntimamente y Emmanuel, se convirtieron en éxitos en superventas. Pero, además, el músico también probó suerte en solitario, llegando a grabar tres álbumes.

El compositor Manuel Alejandro en
El compositor Manuel Alejandro en una imagen de archivo (Jesús Hellín / Europa Press)

Una gran pérdida

Pero, su trabajo más especial fue el que realizó con Ana Magdalena, el nombre artístico de Purificación Casas Romero, su segunda esposa. La primera vez que pasó por el altar fue con Helena Gómez Estrada, con quien formó una familia tras la llegada de sus tres hijos: Javier, Carlos y Patricia. Sin embargo, su relación no llegó a buen puerto.

Tiempo después, volvió a pasar por el altar con Purificación, con quien tuvo cuatro hijas en común: Sandra, Beatriz, Marian y Viviana. Pese a que ambos vivieron un matrimonio feliz, lo cierto es que esta partió de este mundo en 2021, dejando al artista sumido en un profundo dolor. "Hasta la muerte de mi mujer no quería volver atrás para vivir nada otra vez. Ahora volvería a vivirlo todo“, afirmó a El País en lo que fue su primera entrevista tras la muerte de su pareja.

Actualmente, el Hijo Pedrilecto de Jerez vive casi recluido en su estudio, donde ha trabajado junto a Alejandro Sanz, de quien es padrino. Allí también escribió sus memorias, que supo plasmar con el libro El escribidor de canciones.