La amortiguación de los vehículos es un componente esencial para garantizar la seguridad en carretera, aunque a menudo no recibe la atención que merece. Los amortiguadores no solo permiten que los neumáticos mantengan contacto constante con el asfalto, sino que también absorben las irregularidades del terreno y estabilizan los movimientos de la carrocería.
Su correcto funcionamiento es crucial para el desempeño de tecnologías de seguridad como el sistema ABS y el ESP, cuyos sensores pueden verse afectados si los amortiguadores están en mal estado.
De acuerdo con el medio Sernauto, el mantenimiento de los amortiguadores no es una tarea que deba tomarse a la ligera, ya que su desgaste puede comprometer la seguridad del vehículo. Aunque no existe una regla fija para determinar cuándo deben ser reemplazados, diversos factores influyen en su vida útil, como la carga del automóvil, el estado de las carreteras, la humedad, el óxido, la sal y las variaciones de temperatura. Estos elementos, combinados, deterioran progresivamente la capacidad de los amortiguadores para cumplir su función.
¿Cuánto tiempo pueden durar los amortiguadores?
El desgaste de los amortiguadores es inevitable debido a su constante actividad. Estos componentes pueden comprimirse entre 5.000 y 7.000 veces por minuto durante su uso.
Esto significa que, en un período de cuatro años o tras recorrer 60.000 kilómetros (37.282 millas), los amortiguadores habrán soportado aproximadamente 420 millones de compresiones. Este nivel de exigencia mecánica explica por qué es fundamental realizar revisiones periódicas para evaluar su estado.
Aunque algunos amortiguadores pueden superar los 90.000 kilómetros (55.923 millas) dependiendo de las condiciones de uso, el medio subraya que no se debe esperar a que presenten fallos evidentes para reemplazarlos. Un amortiguador en mal estado puede reducir la eficacia de los sistemas de frenado y estabilidad, aumentando el riesgo de accidentes.
Factores que afectan el desgaste de los amortiguadores
El medio destacó que el entorno y las condiciones de conducción tienen un impacto significativo en la durabilidad de los amortiguadores. Por ejemplo, conducir en carreteras en mal estado o con baches frecuentes acelera su desgaste. Asimismo, la exposición a la humedad, el óxido y la sal, especialmente en zonas costeras o en regiones donde se utiliza sal para derretir el hielo en invierno, puede deteriorar los componentes metálicos de los amortiguadores.
Otro factor importante es la carga del vehículo. Transportar peso excesivo de manera habitual genera una mayor presión sobre el sistema de amortiguación, lo que puede reducir su vida útil. Además, los cambios bruscos de temperatura también afectan el rendimiento de los amortiguadores, ya que las variaciones térmicas pueden alterar las propiedades de los materiales con los que están fabricados.
Los conductores deben incluir la revisión de los amortiguadores como parte de las operaciones regulares de mantenimiento del vehículo. Aunque no siempre es fácil detectar problemas en este componente, existen señales que pueden indicar un desgaste significativo, como ruidos inusuales al pasar por baches, una mayor inclinación de la carrocería en las curvas o un aumento en la distancia de frenado.
El medio enfatizó que, al igual que ocurre con otros elementos del automóvil, como los frenos o los neumáticos, los amortiguadores deben ser revisados por un profesional cualificado. Esto no solo garantiza un diagnóstico preciso, sino que también permite identificar posibles problemas antes de que se conviertan en un riesgo para la seguridad.
