
El respeto a los muertos es uno de los aspectos que hace del homo sapiens un ser humano. Aunque la palabra “funeral” tiene su origen en la antigua Roma, lo cierto es que, por aquel entonces, las personas de todo el mundo llevaban miles de años practicando ritos funerarios, demostrando una preocupación especial por honorar los cuerpos de los fallecidos de una manera u otra. Es también por esto que ciertas profesiones, en particular las que se ejercen en contacto con cadáveres, suelen contemplarse desde el tabú, el miedo o el morbo: se ve más normal obviar por completo la muerte que exponerse voluntariamente a su existencia.
Al igual que sucede con muchos otros campos, en el manejo de cadáveres existe un código ético a seguir por los profesionales. La doctora Jennifer Hincapie Sánchez, coordinadora del Programa Institucional de Ética y Bioética de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, lo explica de la siguiente manera: “El trato digno al cadáver es mostrar respeto por el ser humano como sujeto de estudio, comprender que sigue siendo un ser humano y jamás llegará a ser un objeto. También, interiorizar el concepto de la dignidad humana que trasciende al momento de la muerte. Por último, recordar que las imágenes y videos de las prácticas con cadáveres no deben estar en redes sociales”.
Posó sonriente con un cadáver y lo publicó en sus redes sociales
Isabella Greco es técnica jefe del departamento de Anatomía Patológica del hospital Perrino de Brindisi. En 2023, una foto que compartió provocó indignación generalizada tanto entre sus compañeros como en el público: se hizo un selfie junto a un cadáver mientras cosía su abdomen y su brazo, tendido sobre una mesa dentro de una sala de la morgue, y posando ella con una sonrisa, aguja e hilo en mano. No se limitó a hacerse una foto, además, que ya sería cuestionable, sino que la publicó en sus redes sociales.

Se puede llegar a entender que las personas que trabajan en tal cercanía a la muerte no la vean de la misma manera que la mayoría de la población: si el día a día de alguien se desarrolla entre cadáveres, es normal que desarrollen algún nivel de insensibilización, y que tanto la muerte como los propios cuerpos dejen de tener esa gravedad que tienen para el público general. Sobre todo si se trata de desconocidos, claro; porque lo que no es tan normal es mostrar una desconsideración de este tipo hacia la sensibilidad de las personas, tanto los espectadores como, sobre todo, los familiares. Es cierto que en la foto no podía apreciarse la identidad del fallecido o fallecida, pero saber que una profesional que podría ser la responsable de manejar el cadáver de un ser querido muestra tal actitud hacia los cuerpos genera, cuanto menos, cierta aprehensión y rechazo, tanto hacia ella como hacia el centro médico.
En su momento, a Isabella le costó un expediente disciplinario que acabó con seis meses de suspensión. “Esta mañana he tomado nota de un comportamiento grave y negligente atribuido a un empleado de la ASL Br y que se remonta a varios meses, según entendemos, el 1 de mayo de este año”, declaró en su día el director general de la ASL Brindisi, Maurizio De Nuccio. “La empresa se distancia de cualquier acción individual que comprometa su integridad y al mismo tiempo no puede permanecer indiferente ante estos episodios, que sin embargo deben ser comprobados e investigados más a fondo". “Tomaré medidas para tal fin informando del asunto a las autoridades competentes”.
Una vez terminó este periodo de suspensión, la Dra. regresó al hospital, donde encontró que sus actos habían comprometido seriamente sus relaciones profesionales y personales con el resto de trabajadores. La mayoría de sus compañeros, ocho de los nueve técnicos con los que trabajaba, se opusieron a seguir haciéndolo y solicitaron un traslado colectivo a otro departamento. Esta solicitud estuvo motivada por una declarada “incompatibilidad ambiental” por causa del comportamiento pasado de Greco, de acuerdo con L’eco del sud. Estos empleados aportaron también una nota en la que subrayaban - como informa el Corriere del Mezzogiorno - un contexto de “alto nivel de nerviosismo entre los empleados” del departamento y un “ambiente de trabajo insostenible” referido explícitamente a “acontecimientos recientes en el departamento” que “han atraído la atención negativa de los medios, aumentando el nivel de estrés de los miembros restantes del equipo”.
Agravó aún más la situación el hecho de que, a pesar de sus actos y de su suspensión temporal, la Dra. Greco recibió un reconocimiento de su idoneidad por parte de una comisión, además de una evaluación excelente en el cuatrienio 2021-2024. Esto fue recibido con aún más indignación por parte de sus compañeros, que consideraron inconsecuente que recibiese tal calificación habiendo roto, y de forma tan pública y mediática, ciertas reglas éticas de su profesión.