Una estafa ‘cinco estrellas’: 200 turistas de EEUU pagan unas vacaciones en hoteles de lujo, pero los edificios no existen

Un equipo de 20 personas se enfrenta a la justicia por estafar a turistas: robaron 600.000 euros

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Unos estafadores roban 600.000 euros
Unos estafadores roban 600.000 euros a turistas estadounidenses que creían estar reservando hoteles de lujo en Roma (Flickr)

A la hora de pagar una reserva, servicio, o producto por internet, es muy importante asegurarse de la fiabilidad (y existencia) de los mismos. Más allá de comprobar la información de contacto - que esté ahí, al menos, y que sea real - también es esencial tener la certeza de que la página web sea segura y de que la información va cifrada: en general, las páginas web cuyas direcciones comiencen con un “https” y en las que figure, a la izquierda de la misma, un icono de un candado verde, serán seguras para introducir datos personales y financieros (aunque, en realidad, nunca será privado del todo).

No es siempre así de fácil, sobre todo cuando las personas no tienen determinados conocimientos sobre seguridad y no conocen los riesgos de proporcionar información sensible. Hay una cosa que está clara, sin embargo: es muy inusual que un operador telefónico o chat virtual solicite, por ejemplo, información bancaria. Si es únicamente el IBAN o número de cuenta, todavía; pero si la información que está exigiendo es la de seguridad (es decir, la fecha de caducidad, el número secreto, y el PIN) debe quedar claro que lo más probable es que se trate de una estafa.

Recientemente, 200 viajeros, todos estadounidenses, han sufrido una estafa de este tipo por un valor de más de 600 mil euros (entre todos). Las víctimas encontraron, por internet, una cadena hotelera que ofrecía hoteles de lujo, suites con vistas al centro de Roma, saunas, y demás privilegios de turismo de ricos. Seguramente encandilados por el prospecto de pasar unas vacaciones por todo lo alto en la histórica capital italiana, se apresuraron a hacer sus reservas por teléfono: los operadores solicitaban el pago de un depósito y, una vez tenían los datos bancarios de las víctimas, vaciaban sus cuentas. Pero ninguno de los hoteles era real.

Siempre es bueno verificar la
Siempre es bueno verificar la confiabilidad y sitio físico del negocio que vende el plan vacacional (Pexels)

Veinte acusados por un fraude de 600.000 euros

Según lo publicado por el medio italiano Corriere della sera, los “operadores” con los que contactaban los clientes les informaban de que el hotel estaba disponible y solicitaban un depósito para llevar a cabo la reserva. Les pedían, concretamente, tanto su número de tarjeta como su código PIN. Que se exijan estos datos telefónicamente debería ser suficiente como para espantar a cualquiera, pero se ve que no fue así, porque las 200 víctimas siguieron las instrucciones de los estafadores sin llegar a sospechar nada.

Una vez que un estafador tiene estos datos, ya no hay mucho que hacer: utilizando estos credenciales, las tarjetas se pueden duplicar con facilidad, tras lo cual tendrán vía libre para utilizarlas, al menos hasta que su dueño se de cuenta de que está perdiendo dinero. En muchas ocasiones, las víctimas no se daban cuenta de la estafa hasta llegar al lugar, donde descubrían que los hoteles ni siquiera existían.

Así fue durante un año: los estafadores “desaparecieron” 600 mil euros de las cuentas de los turistas. Sin embargo, el caso terminó por aparecer en la mesa del Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos. Fue entonces cuando se pudo poner nombre a los responsables: Gian Maria Segatori, un italiano de 44 años; y Helen Mituyurich, originaria de Bielorrusia, aunque en total el equipo estaba formado por veinte personas.

Tras acumular un fondo de aproximadamente 120 mil euros, Segatori y Mityurich empezaron a gastarlo a lo grande: disfrutaron de unas largas vacaciones en hoteles de cinco estrellas - los de verdad - como el Hassler, el Excelsior, el Bernini o el Melià; a los que acudían en lujosos coches, como Ferraris o Mercedes; con las muñeca gélidas de llevar relojes de alta gama; y vestidos en alta costura. Los 480 mil euros restantes fueron repartidos entre los demás acusados, quienes supuestamente eligieron caminos diferentes a los de la pareja para invertir el dinero.