
Sacarse el carné de conducir es un paso importante en la vida de todo joven español, pero no es nada sencillo. El proceso requiere tiempo, dedicación y sobre todo, dinero. Entre las tasas administrativas, las clases teóricas y prácticas, los alumnos pueden llegar a desembolsar más de 1.500 euros.
En otros países, como Estados Unidos, la cosa cambia, como ha podido descubrir Mariona Falomi Silla, que ha contado en su cuenta de TikTok (@marionsfalomi) lo que más le ha sorprendido del proceso americano. Ya no es solo la edad con la que puedes pasar el examen (16 en Estados Unidos frente a los 18 de España), sino también el precio. “El carné de conducir en Estados Unidos vale treinta dólares y en España, unos mil y pico”, cuenta la joven.
Las diferencias no se quedan en el plano monetario, también en los requisCarnet de Citos para obtener el permiso. “En Estados Unidos, no hace falta que te apuntes a la autoescuela si no quieres. En España, no conozco a nadie que no se haya apuntado a la autoescuela”, asegura Falomi. Lo cierto es que la DGT permite que se soliciten las pruebas de aptitud de forma libre, tanto la teórica como la práctica, sin asistir a la autoescuela. Pero para pasar el examen práctico es necesario haber conducido un coche de forma previa, algo que está prohibido en España, salvo que se haga acompañado de un profesor y en un coche habilitado con otro set de pedales para permitir al instructor controlar el vehículo cuando se necesite.
En cambio, en Estados Unidos, “las prácticas se hacen con tu propio coche y no necesitas tener un profesor ni nada, pueden ser tus padres”, explica Falomi. Además, en Estados Unidos “casi nadie hace el examen de conducir con un coche manual, todo siempre es automático”, dice, pero en España sucede lo contrario: todos los coches de autoescuela, salvo ciertas excepciones, son manuales, por lo que los alumnos aprenden a conducir con marchas siempre.
Autoescuelas, coches y exámenes

“En Estados Unidos, puedes ir a hacer el examen cuando quieras. Te presentas al sitio directamente y lo haces”, asegura la joven española. Las pruebas se hacen con “dos tests, uno de señales y otro de circulación”, algo similar al caso español. Pero en el otro lado del charco no es tan fácil presentarse al examen. “En España, la mayoría de autoescuelas te piden que hayas hecho un mínimo de tests y que hayas tenido un porcentaje elevado de aprobados”, explica. Además, “el examen teórico en Estados Unidos es básicamente sentido común, en cambio, en España hay algunas preguntas de motor y cosas así”, añade.
Las diferencias también se notan en el examen práctico. Así, lo único que exigieron a Falomi en Estados Unidos “fue literalmente dar una vuelta en un parking y saber hacer las maniobras de aparcamiento”. Sin embargo, en España lo común es conducir el coche por la carretera “un buen rato”, siendo las maniobras de aparcamiento lo último que se realiza.
“En el examen práctico en España, tienes al instructor normalmente detrás y a tu profesor al lado, que tiene los pedales por si algo pasa. En cambio, en Estados Unidos, el instructor tiene una cámara delante que te ve a ti y también al coche por fuera y por ahí te controlan”, asegura Falomi, basándose en su experiencia. “Al lado tienes que tener a alguien que tenga el carné de conducir, pero no tiene por qué ser ni un profesor, ni tu madre, ni tu padre; puede ser un amigo, vamos”, añade.