
Frente a la drástica caída de la fertilidad, hay países que han empezado a tomar medidas drásticas para frenar la estadística y volver a darle vida a la curva de nacimientos.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, anunció un ambicioso plan para combatir la baja natalidad en el país, que incluye exenciones fiscales de por vida para las madres con dos o más hijos.
Según detalló The Telegraph, esta medida forma parte de una estrategia más amplia para fomentar la natalidad y asegurar el futuro de las familias húngaras. Orbán calificó esta iniciativa como “el recorte de impuestos más grande de Europa y del mundo occidental”, y destacó que con ella se busca crear “la primera economía familiar del mundo”.
De acuerdo con las proyecciones de la Red de Investigación Húngara, la población del país podría reducirse de los actuales 9,6 millones a 8,5 millones para el año 2050. Este descenso se atribuye a una baja tasa de fertilidad, que ha sido motivo de preocupación durante décadas. Según el plan anunciado, las madres con un hijo estarán exentas del impuesto sobre la renta hasta los 30 años, mientras que aquellas con dos o más hijos no pagarán este impuesto durante toda su vida.
Declive demográfico y medidas previas insuficientes
La caída de la natalidad en Hungría se intensificó tras la crisis financiera de 2008, situando al país en los últimos lugares de las tablas de fertilidad en Europa. Aunque la migración internacional ha mitigado parcialmente la disminución de la población, los esfuerzos del gobierno para revertir esta tendencia han enfrentado desafíos significativos.
En años recientes, el gobierno húngaro ha implementado una serie de incentivos para fomentar la natalidad. Entre ellos, las madres con cuatro o más hijos ya disfrutan de una exención total de impuestos, y el Estado financia completamente algunas clínicas de fertilidad. Además, se han ofrecido subsidios para la compra de viviendas familiares.
Estas medidas lograron aumentar la tasa de fertilidad de un mínimo histórico de 1,2 en 2011 a 1,6 en 2021. Sin embargo, este progreso se ha estancado, y en 2022 la tasa descendió nuevamente a 1,38, según informó el medio.
El declive demográfico se refleja en las cifras más recientes. En diciembre de 2022, nacieron 6.339 niños, mientras que 11.773 personas fallecieron, lo que resultó en una disminución neta de 5.434 habitantes en un solo mes. A lo largo del año, el número total de nacimientos cayó un 9,1%, alcanzando los 77.500, mientras que las muertes disminuyeron ligeramente en un 0,5%, situándose en 127.500. Esto llevó a un aumento del 16% en la disminución natural de la población.

Además, los matrimonios, un indicador clave para la formación de familias, también han mostrado una tendencia preocupante. Entre 2023 y 2024, el número de matrimonios en el país se redujo en una cuarta parte, lo que podría tener un impacto adicional en las tasas de natalidad en el futuro cercano.
Un enfoque político y económico con miras a las elecciones
El anuncio de estas nuevas exenciones fiscales se produce en un contexto político significativo, ya que las elecciones parlamentarias en Hungría están programadas para abril del próximo año. Según el medio británico, el primer ministro Orbán ha vinculado esta medida a su visión de una economía centrada en las familias tradicionales, destacando que estas políticas buscan garantizar el bienestar de las familias húngaras durante las próximas décadas.

Orbán afirmó que esta iniciativa representa un fenómeno único a nivel mundial, incluso bajo los estándares más modernos.
A pesar de los esfuerzos del gobierno, los datos demográficos muestran que revertir el declive poblacional sigue siendo un desafío complejo. Durante los meses de verano de 2022, de junio a agosto, los nacimientos cayeron un 14%, lo que evidencia que las políticas actuales aún no han logrado un impacto sostenido en la tasa de fertilidad.
El gobierno de Hungría enfrenta una presión demográfica significativa, con una población envejecida y una tasa de natalidad que no alcanza el nivel de reemplazo generacional. Aunque las medidas anunciadas representan un paso audaz, su efectividad a largo plazo dependerá de factores como la estabilidad económica, el acceso a servicios de salud reproductiva y el apoyo continuo a las familias jóvenes.