
Darse una ducha suele ser un momento de relajación. Es verdad que hay quien la utiliza para despertarse y también quien prefiere darse mucha prisa, al estilo militar, pero en general la gente prefiere disfrutarla un poco: supuestamente, las duchas calientes son buenas para destensar los músculos, para la relajación mental, e incluso para los dolores de cabeza.
Pero también tienen su peligro. Es muy fácil resbalarse, tanto por el propio material del que suelen estar hechas - sobre todo si no se utiliza una alfombrilla antideslizante - como por el jabón o champú, que facilita bastante eso de convertir el suelo en una trampa. Es por esto que las estadísticas son alarmantes cuando se trata de accidentes en el baño, especialmente en personas mayores: de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caídas en el baño representan el 66% de los accidentes domésticos en personas de la tercera edad.
Las caídas accidentales son, además, la segunda causa mundial de muerte por lesiones accidentales: se producen de esta manera más de 600.000 fallecimientos al año. Además, hay al menos 2 millones de personas mayores de 65 años que viven solas en España, lo que las convierte en un grupo vulnerable en este tipo de circunstancias al no tener a nadie cerca que pueda ayudar si sufren un accidente. Y no son infrecuentes: un 50% de los mayores de 80 años y un 33% de los mayores de 65 sufren al menos una caída doméstica al año. Este tipo de caídas representa el 70% de las muertes en personas mayores de 75 años.

Una mujer septuagenaria pasó seis días atrapada en su bañera
De acuerdo con lo publicado por el medio francés La Provence, los servicios de emergencia de Martigues, Francia, recibieron la llamada ansiosa del hijo de una mujer local de unos 70 años. No había podido contactar con su madre desde hacía unos días, por lo que, preocupado, llamó al 112 para que se realizase un control de bienestar.
Así lo hicieron: el departamento de bomberos del municipio acudió al hogar de la septuagenaria, derribaron la puerta al no recibir respuesta de su interior, y cuando accedieron a la vivienda se encontraron con la mujer, postrada y tumbada en su bañera. Según explicó a los rescatistas, se había resbalado mientras se duchaba, preparándose para desplazarse al hospital para una cirugía de cadera. Al tener esta parte del cuerpo dañada, no pudo levantarse por su cuenta. Llevaba seis días allí, ella sola, privada de todo medio de contacto.
Por suerte, se encontraba bien. Pero podría haber sido mucho peor: más allá del peligro, mucho mayor en personas de la tercera edad, de golpearse con fuerza al caer con graves consecuencias; el pasar seis días en una bañera, sin ropa y con partes del cuerpo mojadas o humedecidas, la mujer podría haber desarrollado una neumonía, que también podría haber sido muy grave. Afortunadamente, pudo sobrevivir bebiendo agua y aferrándose a la esperanza de que la encontraran. Tras el rescate, fue llevada al hospital, donde se recuperó perfectamente.