
No existe una cura para el resfriado común. Aunque algunos medicamentos como el paracetamol pueden aliviar los síntomas, la mayoría de los casos mejoran sin tratamiento en un plazo de siete a diez días, aunque la tos puede persistir algo más. Cuidar nuestro cuerpo es la mejor manera de agilizar la recuperación, ya sea descansando u optando por el consumo de ciertos alimentos.
El jengibre es uno de los aliados más conocidos para hacer frente a los constipados. Esta raíz cuenta con una larga historia en la medicina tradicional de diversas culturas al haberse utilizado para aliviar una amplia gama de dolencias, incluyendo problemas digestivos, dolores musculares y, especialmente, síntomas asociados con el resfriado común. Pero ¿qué dice realmente la ciencia? ¿Cuál es la evidencia científica al respecto?
El jengibre es rico en compuestos bioactivos que aportan múltiples beneficios para la salud, según indica un estudio publicado en la revista científica Ocronos. Los más importantes son los gingeroles y los shogaoles, responsables de su sabor picante y sus efectos terapéuticos. Los gingeroles están presentes en el jengibre fresco, mientras que los shogaoles se forman cuando la raíz se seca o se calienta. Estos compuestos tienen potentes propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la inflamación en las vías respiratorias, lo cual es especialmente útil durante un resfriado.
La inflamación en las vías respiratorias es una respuesta natural del cuerpo ante infecciones virales, pero cuando se vuelve excesiva, puede causar congestión, dolor de garganta y dificultad para respirar. El consumo de jengibre puede aliviar estos síntomas al reducir la hinchazón y facilitar la respiración. Además, los antioxidantes presentes en el jengibre combaten el estrés oxidativo y ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres, lo que fortalece las defensas del organismo.
Uno de los beneficios más importantes del jengibre es su capacidad para estimular el sistema inmunológico. Cuando el cuerpo se enfrenta a un virus como los que causan el resfriado común, un sistema inmunológico fuerte es esencial para combatir la infección. Los compuestos del jengibre pueden aumentar la producción de células inmunitarias y mejorar la respuesta del cuerpo ante los patógenos.
El jengibre también favorece la sudoración, lo que ayuda al cuerpo a regular la temperatura y eliminar toxinas a través de la piel. Este efecto es particularmente útil en las primeras etapas de un resfriado, ya que puede acelerar el proceso de recuperación. Al calentar el cuerpo desde el interior, el jengibre también alivia los escalofríos y la sensación de frío que suelen acompañar a los resfriados.
Otro aspecto destacado de esta raíz es su capacidad para descongestionar las vías respiratorias. La sensación de nariz tapada y la acumulación de mucosidad son síntomas comunes del resfriado. Gracias a sus propiedades expectorantes, el jengibre puede facilitar la eliminación del moco y aliviar la congestión nasal. Consumir té de jengibre caliente no solo proporciona un efecto reconfortante, sino que también ayuda a despejar las fosas nasales y a calmar la irritación de la garganta.
Además, el jengibre tiene propiedades antisépticas que pueden ayudar a reducir la tos y calmar la garganta irritada. Beber una infusión de jengibre con miel es un remedio popular para suavizar la garganta y disminuir la tos persistente. La combinación de estos dos ingredientes potencia los efectos calmantes y proporciona un alivio natural y eficaz.
Diversos estudios científicos han explorado los efectos del jengibre en la salud respiratoria. Una investigación publicada en la Journal of Ethnopharmacology descubrió que el jengibre tiene propiedades antivirales que pueden ayudar a combatir algunos de los virus responsables del resfriado común. Aunque se requieren más estudios clínicos para confirmar estos hallazgos, los resultados actuales son alentadores y sugieren que el jengibre podría ser un complemento útil en el tratamiento de las infecciones respiratorias.
Cómo tomar el jengibre para el resfriado
El jengibre puede integrarse de diversas maneras en la dieta para aliviar los síntomas del resfriado. Una de las formas más comunes es mediante infusiones de jengibre fresco. Para prepararla, basta con hervir unas rodajas de jengibre en agua durante 10-15 minutos. Agregar miel y limón no solo mejora el sabor, sino que también potencia sus efectos calmantes y antimicrobianos.
Otra opción es incorporar jengibre fresco o en polvo en sopas, caldos o batidos. El jengibre también se puede consumir en forma de suplementos, aunque siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud antes de iniciar su uso en dosis concentradas.